Stanley Kubrick

Excéntrico, exigente, obsesivo, meticuloso, Stanley Kubrick fue uno de los cineastas más influyentes del siglo XX. Para unos pocos, sobre valorado, para muchos más, un verdadero visionario. Pero para todos, un genio. 

No hay una sola de sus películas que no haya sido sometida a un exhaustivo análisis, una prolongada crítica o un sesudo estudio sobre sus ramificaciones y tendencias. Ningún otro director en la historia del cine ha estado rodeado de tanto misterio, controversia y leyenda urbana como Stanley Kubrick.

Y hablando de leyendas urbanas y Kubrick, que tal, la todavía polémica teoría de que el famoso director ayudo al Gobierno de los EUA a montar el aterrizaje del hombre en la luna, o de que cada vez qué Kubrick tenía una duda con el guión de «El Resplandor» llamaba a Stephen King, fuese la hora que fuese, en una ocasión le despertó a las 3 de la mañana para preguntarle si creía en Dios.

El director y creador de nada más y nada menos de películas cómo en ‘Atraco perfecto’, ‘2001’, ‘La naranja mecánica’, ‘Senderos de gloria’, ‘Lolita’, ‘La chaqueta metálica’, ‘Espartaco’, ‘Miedo y deseo’, ‘Teléfono rojo: ¿volamos hacia Moscú?’, ‘Ojos bien cerrados’, ‘Barry Lyndon’, ‘El beso del asesino’ o ‘El Resplandor’, falleció del 7 de marzo de 1999 a la edad de 70 años en Londres a causa de un ataque cardiaco. Su influencia en el cine contemporáneo es enorme y difícil de definir en su real dimensión. No sólo por la gran cantidad de libros dedicados a su persona y a su trabajo, las compilaciones que lo sitúan entre los más importantes de la historia, así como documentales televisivos sobre su vida y ensayos publicados en diversos medios de comunicación, sino también por los logros fílmicos que alcanzó en vida y el aporte que realizó al statu quo de rol del director dentro la industria cinematográfica. Incluso, Orson Welles comentó de él «Entre los que yo llamaría «la generación joven», Kubrick me parece un gigante».

Su filmografía, escueta pero visceral, ha tocado géneros y temas con la misma soltura que un orfebre crea y construye perfectas piezas de joyería. Nunca tan pocas películas han hecho correr tantos litros de tinta o pulsaciones de tecla sobre un ordenador.

Tocó en su cine casi todos los posibles. Cine negro, ‘Atraco perfecto’. Bélico (o antibélico), ‘Senderos de gloria’ y ‘La chaqueta metálica’. Drama pasional, ‘Lolita’. Pemplum o de romanos lo elevó a arte en ‘Espartaco’. El cine histórico, ‘Barry Lyndon’. El género de terror con ‘El resplandor’. La locura de la guerra fría en ‘Teléfono rojo ¿Volamos hacia Moscú?’. Se anticipó a la violencia punk en ‘La naranja mecánica’. El thriller en ‘Eyes wide shut’. Y cómo no, sacó a la ciencia ficción de la infancia para subirla a los altares en ‘2001: una odisea del espacio’. Nadie en tan pocas películas ha abordado tantos géneros y de una manera tan rica en matices como llena de calidad.

El cine de Stanley Kubrick es un legado monumental. De obligada revisión para las nuevas generaciones. Un director total, comprometido al 100% con su obra. Un genio y toda una leyenda.

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