Gignac

Tigres acaba de medir fuerzas con los Gallos Blancos de Querétaro, en lo correspondiente a la jornada número cinco del Grita México, Apertura 2021.

El duelo se llevó a cabo en el Estadio Universitario. Y fue en ese mismo lugar, ante ese mismo rival, donde André-Pierre Gignac se echó al equipo al hombro y metió a Tigres a su primera final de la CONCACAF, Liga de Campeones.

En el partido de ida, los comandados por Ricardo ‘Tuca’ Ferretti no lograron marcar un solo gol en calidad de visitante y se tuvieron que conformar con un empate a ceros ante los ‘gallos’ de Víctor Manuel Vucetich.

Para la vuelta, Tigres no solo llegó obligado a ganar el partido, sino que además debía cuidar que no le marcaran gol, pues uno del Querétaro obligaba a los nicolaitas a al menos meter otros dos.

Si bien Querétaro no te estaba asfixiando con llegadas al arco protegido por Nahuel Guzmán, la expulsión de Jesús Dueñas al minuto setenta y uno puso todo cuesta abajo.

‘Tuca’ Ferretti, fiel a su estilo, hizo las modificaciones pertinentes para que el partido acabara sin goles; el alargue sobrellevarlo con orden e inteligencia y en los penales confiar en que Nahuel Guzmán se vistiera de héroe como lo hizo meses antes en C.U., en la final de Liga contra los Pumas de la UNAM.

Sin embargo, el destino tenía otros planes.

Minuto ochenta y cuatro; saque de banda que parece no tener nada. La pelota le queda a Israel: el ‘Piloto’ Jiménez, que sirve de ‘taco’ para Rafael Sobis. El brasileño manda un centro raso y André-Pierre Gignac define de primera intención para dejar sin garganta a los propios; con la cara contra el suelo a los ajenos.

Todo parecía estar liquidado; Tigres en su primera final de CONCACAF, Liga de Campeones.

No obstante, en Tigres nada es como parece.

Por eso al minuto ochenta y ocho, cuando Ferretti ya decidió cerrarle todos los espacios a los ‘gallos’, André-Pierre Gignac aprovecha un balón largo, y entre dos jugadores se las arregla para quedar mano a mano frente al arquero y después define como grande.

Eran otros tiempos, claro.

Antes de la final navideña contra las Águilas del América y de las finales regias. De la séptima ganada ante León; del primer título internacional en tiempos de pandemia y de la final del mundo contra el Bayern Munich.

La verdadera época dorada apenas estaba por comenzar.

Cuando todo está dicho, decir más, está de más.

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Texto: Jaime Garza 
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LA PLUMA DE JAIME GARZA

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