Walter Erviti jugó en los Rayados de Monterrey del 2002 al 2008 y fue pieza clave para obtener el título en el Clausura 2003, torneo en donde jugó en todos los partidos de Liga y Liguilla e incluso, anotando el primer gol de la final ante el Morelia.
El «Petiso», surgido de San Lorenzo de Almagro lleva preparándose para ser entrenador y dentro de su cuerpo técnico, otro ex rayado se apuntó para formar parte de su equipo. “Estamos muy contentos de haber iniciado este camino con Leandro Gracián. No es fácil para entrenadores sin experiencia arrancar, pero tenemos mucha paciencia y ganas de trabajar”, afirmó el ex jugador de San Lorenzo, Banfield, Monterrey, Boca, Atlante, Independiente y Alvarado, para los medios deportivos de su país.
Erviti, a quien entrevistamos hace poco en El Fútbol y Yo, podcast conducido por Isaac Treviño en donde platicamos con personalidades del deporte.
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El marplatense contó que en su pasó por Monterrey, el mejor jugador con el que compartió una cancha fue con Humberto «Chupete» Suazo. “Era increíble, llegó en medio de una pre-temporada que estábamos haciendo en Estados Unidos, en los primeros 3 partidos ya había hecho 12 goles, nadie lo podía creer. Es de lo mejor que vi en cancha, además era un personaje, fastidioso como el solo pero sobre todo una gran persona. El fútbol te da estas cosas, el placer de conocer jugadores con tantas capacidades de resolver momentos”.
Erviti contó que desde pequeño comenzaba a interesarle ser futbolista. “Todos los recuerdos que tengo de mi infancia en mi ciudad normalmente tienen que ver con una pelota, descubrí muy temprano que me apasionaba este deporte, que disfrutaba mucho jugarlo y a la vez, con el correr del tiempo, entendí que era a lo que me quería dedicar, por lo tanto desde muy pequeño lo hice de una manera lúdica pero también con el objetivo de mejorar y crecer para llegar a ser futbolista profesional”.
Sobre su carrera y a modo de auto-crítica afirmó, “estoy tranquilo con las decisiones que tomé en mi carrera, las maneras tal vez podrían haber sido otras, pero a veces no dependían solo de mí”.
Sobre su estilo de juego cuando era jugador, el zurdo comentó que fue Oscar Ruggeri quien le enseñó a ser futbolista. “Desde que tengo memoria, siempre me encantó tirar caños, para mí era una manera muy fácil de gambetear o superar a un rival. Me gustaba hacerlo, siempre lo disfruté. Hasta que conocí a Ruggeri yo jugaba al fútbol sin arcos, jugaba a gambetear y tirar caños, así me iba feliz a mi casa. Oscar me empezó a mostrar lo que era ser un jugador de fútbol profesional, yo era más un malabarista que un futbolista”.
Walter Erviti confesó que de inicio, no quería salir de San Lorenzo cuando lo compra Monterrey.
“Cuando surge la posibilidad de Monterrey, mi respuesta fue que yo no quería irme de San Lorenzo. Deseaba quedarme, realmente estaba muy bien, recuerdo que mi papá también me habló hasta que finalmente acepté la propuesta. No fue fácil para mí. En realidad tomé la decisión de ir a México empujado por el entorno más que convencido”.
“Cuando llego a Monterrey los primeros seis meses fueron difíciles. Me costó adaptarme al juego y al grupo. Generalmente me ha pasado en todos los lugares donde llegué, soy introvertido, me cuesta adaptarme a nuevos contextos. Después tuvimos seis meses espectaculares, salimos campeones luego de mucho tiempo para el club. Salir campeón es un sentimiento increíble. Ese campeonato me permitió mantenerme seis años más dentro de la institución y poder conocer otra cultura”.
“Estando en Monterrey me surgieron varias propuestas y yo siempre opté por quedarme en el club, en una de ellas nosotros quedamos afuera de la liguilla y entonces Tigres me quiso contratar para jugar la Copa Libertadores con ellos. Mi respuesta inmediata fue que yo no podía participar de otro torneo cuando mi equipo había quedado fuera del campeonato local”.
Sobre su salida de Rayados, Walter Erviti tiene claro quien fue el culpable.
“Llega Lavolpe a Monterrey y me dice que no me va a tener en cuenta. El club quería darme a préstamo pero yo me opuse, era venta o nada. Las cosas se dilataron y llegue a entrenar con la sub 17. Una tarde me llama el “Profe” Kohan para ver si quería ir a Banfield, el técnico era Burruchaga, yo personalmente negocié mi salida del Monterrey y mi llegada a Banfield, en ese momento no tenía representante”.
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Ahora que es entrenador, el campeón con Rayados compartió su visión del juego y dijo, “hay que quitarle dramatismo al fútbol, hay que dar lo mejor y entender que se gana y se pierde. Al entrenador no le sirve de nada las caras largas”.
“Intentaremos, con Gracián y el grupo de trabajo, que nuestros equipos jueguen de la manera que siempre hemos sentido el fútbol. Con un juego intenso, bien jugado, de protagonismo puro y viendo que los futbolistas disfruten de desarrollar esa idea”.
“El futbolista no puede dejar de disfrutar dentro del campo de juego, pero eso no significa portarse mal”, expresó el ex futbolista y agregó, “creo en los equipos que buscan un bien común, no en los individualistas donde cada jugador tiene sus propios objetivos. Los futbolistas tiene que ser ejemplos en la sociedad y demostrar cierto talento para jugar en Primera”, declaró el ex Boca, donde fue campeón invicto en la Argentina.
Sobre si le quedo alguna espina por no ir a la Selección Argentina dijo, “No, yo fui muy feliz siendo futbolista y cumplí mi objetivo el día que debute como profesional. Siempre uno intenta más, pero es el secreto del éxito, siempre hay que querer un poquito más porque si no te estancas. Si evalúo mi carrera, creo que hubiese sido mucho mejor si a lo largo de ella tuviera más herramientas”.
En cuanto al contexto general del parón por la pandemia, el ex volante declaró, “lo que haría cuando termine la cuarentena es quedarme en casa. Mis amigos me dicen que vivo en cuarentena desde que nací. No varió mucho mi día a día. No me gusta mucho salir a convivir con la gente”.
“Tengo mucha tranquilidad en lo que hice durante mi vida”, señaló Walter Erviti.
Texto: Víctor Moreno
