La conspiración del diablo

Llegó a cines La Conspiración del Diablo (The Devil Conspiracy) una historia en donde una empresa consigue clonar a personajes famosos de la historia con simples muestras de ADN, pero cuando una fuerza maligna recupera la sangre de Jesús, planearán el regreso del mismo Satanás a menos que el Arcángel Miguel pueda detenerlo.

Y si, así de genérica y mala es la película. Para mí es muy difícil hacer esta reseña porque siempre considero que una película no es totalmente mala ni totalmente buena, siempre se tiene sus áreas de oportunidad como sus buenos reconocimientos. Sin embargo, quedo perplejo ante esta situación porque no encuentro algo bueno que decir esta vez.

La conspiración del diablo - póster

Comenzando por la historia, realmente parece más una sátira que una película verdadera, porque cada minuto que iba pasando se volvía más ridícula. En un inicio nos encontramos con Laura, una estudiante que no cree en la religión ni en fuerzas sobrenaturales, quien se mete en esta conspiración al estar retratando una estatua de Satanás y Miguel, algo muy normal entre estudiantes. Sin embargo, cuando una mujer misteriosa roba el Sudario de Jesús, ve como asesinan a su amigo el Padre Marconi, y es secuestrada por esta mujer y sus secuaces para ser la madre de Satanás. Mientras que, en su último respiro, el Padre Marconi habla hacia San Miguel y le da prestado su cuerpo para que lo poseyera y así derrotara a este mal.

La historia se va enredando y enredando constantemente que no puedes tomártela enserio, al punto en que llega a divertirte lo bizarro que puedes estar viendo en pantalla. Y más porque al inicio uno espera una película al menos de miedo, que es donde este tipo de situaciones pueden explotarse mejor, pero te das cuenta de que se trata de una película de acción, donde San Miguel es el más fuerte de todos y viene a derrotar a todos los demonios. Incluso me recordó a la fallida “Yo, Frankenstein” (2014) o esas películas de los 2000’s donde lo importante es que se vea sangre más que la historia.

Y no hablemos de los efectos especiales, porque se ven peor incluso que los de The Flash (2023). Desde las alas de San Miguel, hasta el vapor que se suponía que era Lucifer, y lo peor de todo: un bebé en el vientre de su madre, que me dará pesadillas el resto de la semana.

Esta película es un intento abominable de hacer un blockbuster con el tema de la religión, pareciendo más una producción pensada para la televisión que para la pantalla grande.

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