Los Asesinos de Cumbres

¿Y si los asesinos fueron dos?

Es el mes de marzo del año 2006. 

Estamos en uno de esos barrios en los que casi nunca suceden cosas malas, y si suceden, las callan, y si no pueden callarlas, pronto se olvidan.

Sin embargo, lo que está a punto de suceder, es algo muy malo. 

Tan malo, que es imposible de que permanezca callado.

¿Cómo callar un crimen en el que los muertos han sido un niño de nueve años y una niña de siete?

¿Cómo olvidar algo que ha dejado una gran cicatriz en el corazón y la memoria de una sociedad en la que se juraba que estaba todo bien?

La historia cuenta que esa madrugada un joven en pasamontañas ingresó al domicilio donde ocurrieron los hechos, haciéndose pasar por un asaltante.

Se encontró con una mujer en la cocina de la casa, y ahí discutieron buen rato.

Resulta que el tipo no es un asaltante y la muchacha no es ninguna desconocida para él.

Los dos compartieron un noviazgo de un par de años, y él está ahí precisamente para tratar de recuperarla.

‘Estás loco’, le dijo ella.

El resto es historia…

Quedó registrado que el tipo perdió la cabeza y mató a los hermanitos de su novia. Después intentó degollarla a ella y huyó de la escena del crimen secuestrando a la empleada doméstica, para luego dejarla en libertad bastante lejos de ahí, dándole dinero para que se regresara en autobús.

Y es aquí donde las cosas se ponen raras…

¿Por qué alguien con la sangre tan fría como para matar a un par de niños inocentes y dejar herida de muerte a su novia sentiría compasión por la única persona que podía delatarlo?

¿Y si las cosas no sucedieron así?

¿Y si el joven no entró a esa casa a escondidas, sino que alguien le dio acceso?

Esta teoría toma fuerza si agregamos el hecho de que se encontraron colillas de cigarro en la entrada de la casa. 

¿Cómo alguien que entra a un domicilio haciéndose pasar un por ladrón se da el tiempo de fumar?

Además, mientras en la planta baja de la casa se estaban perpetrando crímenes atroces, la hermana mayor se encontraba encerrada en su cuarto, supuestamente escuchando música.

¿Y si en esta tragedia son dos los asesinos?

¿Y si el criminal cuenta la verdad y aquello fue un plan previamente elaborado por la chica, para vengarse de su madre, con quien él la había engañado meses antes?

Han pasado dieciséis años desde entonces.

Diego Santoy hoy sigue tras las rejas como único responsable.

Sin embargo, más de uno piensa que Erika Peña Coss tuvo algo que ver en la muerte de sus hermanos.

Esta fue la historia del asesino de cumbres… ¿o deberíamos decir los asesinos?

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Texto: Jaime Garza 
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LA PLUMA DE JAIME GARZA

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