El martes 29 de junio, en punto de las 22:00 hrs, se lanzó el estreno de ‘Invócame‘, último sencillo de José Madero.
El video representa a cabalidad la esencia del cantautor regiomontano en su faceta como solista, que en diversos sentidos (dicho esto por el propio ex vocalista de Panda), empata mucho con su personalidad como artista, más allá del micrófono y los instrumentos.
Lo primero que llama la atención en el videoclip, es una luna completa que alumbra la noche; mujeres vestidas de negro y cruces de diferentes dimensiones.
En una de ellas, incluso, se aprecia a Jesucristo en esa triste y enigmática escena en donde alza la mirada al cielo como diciendo: padre mío, ¿por qué me has abandonado?
Esto despierta en la audiencia la sospecha de que la pieza seguirá los matices que sus escuchas disfrutamos en ‘Padre Nuestro‘.
Luego nos encontramos con una letra romántica y melancólica al puro estilo de ‘Poetics‘.
Sin embargo, les recuerdo que el referido es José Madero, y en él nada es lo que parece.
La canción de pronto toma un camino que huele a muerte.
Influenciado por el video que gira en torno a un cementerio y a las ropas fúnebres de las bailarinas, llega a mi memoria el siguiente recuerdo:
En aquella ocasión, antes de mostrarle el video, Andreas Ostberg (con quien José comparte ‘Dos nombres comunes‘), menciona que José tenía muy presente el tema de la muerte en un par de canciones con las cuales estaba trabajando.
Esto me obligó a escuchar de nueva cuenta la canción.
Al poner en el mismo carril lo visual y lo auditivo, me dio la impresión de que ‘Invócame‘, más que una metáfora, era un mensaje crudo con tintes de ocultismo.
Sin rodeos les digo que mi interpretación es que José, en dicha melodía, es un tipo que está muerto, y que a través de la letra invita a su pareja a que lo invoque, rompiendo la barrera entre la vida y la muerte como un alma en pena que se aferra al mundo de los vivos.
Como esa persona que de tanto extrañar y llorarle a su difunto, no lo deja descansar en paz y un poco de ella muere como él.
¿Qué opinan ustedes?
¿Romance u ocultismo?
Cuando todo está dicho, decir más, está de más.
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Texto: Jaime Garza
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