Imaginemos que la vida es como la llanta agrietada de un vehículo, y que nosotros somos los conductores.

La generación de cemento propone que parchemos la grieta sin dejar de avanzar, mientras que la de cristal quiere que nos estacionemos y no reanudemos la marcha sin antes dejar la llanta como nueva; a sabiendas de que eso será prácticamente imposible, porque: 

A) La llanta ya es vieja, y;

B) No contamos con las herramientas necesarias para lograr tal misión.

De primera, sería sencillo subirnos al barco de los todoterreno.

Sin embargo, ¿qué pasa si te digo que faltan miles de kilómetros por recorrer y que el parche no te durará ni cien?

Más o menos así es el debate que divide a la generación de cemento de la generación de cristal.

Unos quieren parar en seco y arreglarlo todo, mientras que los otros se rehusan al cambio y quieren seguir como si nada hubiera pasado, ignorando (o quizás sabiendo, pero resignados), que muchas cosas deben cambiar… Que mucho de lo que hacemos actualmente está mal.

Roberto Martínez: generador de contenido y autor de los libros ‘’México lindo y querido diario’’ y ‘’Creativo’’, dice que no se debe juzgar la ignorancia del pasado con la sabiduría del presente, y tiene mucha razón. 

Sin embargo, esto solo aplica para actos nocivos cometidos en tiempos donde no se sabía que dicho acto era nocivo, no para la actualidad.

Ejemplo: si nuestro abuelo se ‘robó’ a nuestra abuela en su momento y la desposó, no podemos pretender que se le meta a la cárcel por ello, pues en aquellos años… Bajo aquél contexto (sin afán de justificarlo), no se sabía que estaban haciendo un mal.

Ahora, no obstante, las cosas han cambiado, y quienes se nieguen a aceptarlo, igual pagarán por sus fallos, pues ya están al tanto de las modificaciones sociales y no las acatan por un tema de convencimiento individual, dejando completamente de lado el análisis colectivo.

El mundo jamás será un lugar perfecto. Eso deben entenderlo las nuevas generaciones. Pero sí puede ser mejor, y es ahí donde los todoterreno se equivocan.

Si a ustedes los criaron con mano dura y mente cerrada, perfecto. Era lo que tocaba y salieron adelante.

Pero ahora hay nuevas formas de educar, vivir y conducirnos por el mundo. Y vale la pena analizarlas y bien rechazarlas o aceptarlas, pero con base en un estudio previo, y no en criterios ya establecidos y renuentes a cualquier modificación.

Ni todo está mal, ni todo está bien. 

Dejemos ya de cargar la balanza completamente hacia un lado y tratemos, por una vez en la vida, de aceptar que tal vez estamos equivocados… Que nadie es completamente héroe ni completamente villano.

Cuando todo está dicho, decir más, está de más.

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Texto: Jaime Garza 
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