la razón es

Pocas cosas tan desgastantes en la vida como intentar debatir con alguien que está obsesionado con tener la razón.

Porque dicho dialogo no conforma como tal un debate.

En un debate hay dos partes (cada cual con una postura diferente), y dialogan entre sí para llegar a un acuerdo o una conclusión.

Y dentro de, no existe tal cosa como ‘ganador’ o ‘perdedor’.

En todo caso el ganador es aquel que llegó con una idea equivocada y que salió del debate con un conocimiento nuevo.

El otro se fue como llegó, con la diferencia de que se le aumentó un par de rayitas a su ego.

Y es que todo se trata justamente de eso: del ego.

La vanidad de ‘tener’ la razón se ha vuelto más importante que dar con la verdad.

Antes las personas se cuestionaban cosas precisamente para saber cosas nuevas. No para alardear que ‘sabes’ más que los demás o que tu ‘razón’ es ‘la razón’.

Hoy la gente adapta las preguntas a las respuestas que ellos tienen para aportar, y se encargan de polarizarlo todo con tal de que al final sean ellos quienes ‘tengan’ la razón.

Y si durante dicho debate o discusión a alguno se le ocurre tomar un poco de su verdad y otro tanto de la tuya, lo tachan de ‘tibio’.

Están convencidos de que el camino a la verdad solo tiene dos opciones: blanco o negro.

Ignoran que muchas veces la razón es de color gris,

Que nada es totalmente blanco ni totalmente bueno, que vale la pena pararnos en medio y tomar lo coherente de cada postura. Sabedores de que esta puede cambiar con el tiempo, y lo que hoy nos parece correcto, dentro de unos años puede ser incorrecto… o viceversa.

La verdad es gris, pero, sobre todo, la verdad es cambiante.

Una vez que entendemos esto, la vida se vuelve menos complicada.

¿O no?

Cuando todo está dicho, decir más, está de más.

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Texto: Jaime Garza
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