Un mundial con mucha ‘sangre’

Una forma distinta de ver el mundial…

“Mientras la sociedad disfrutaba de la fiesta, a diez cuadras del estadio de River, se violaban los derechos humanos de miles de jóvenes… Muchos de ellos fueron brutalmente asesinados”.

—Pablo Llonto, en su libro: “La vergüenza de todos”.

El domingo 18 de diciembre del 2022, cerca de las 12 del medio día (tiempo de México), la selección Argentina de fútbol, comandada por Lionel Scaloni y guiada en el campo por Lio’ Messi, se proclamó campeona del mundo, luego de vencer en tanda de penales a la selección de Francia.

¿No les interesa mucho el juego?

Tranquilos. Que si bien a mí sí que me encanta, en Crimen y café dejo el tachón un poco de lado y me pongo a hablar de otras cosas.

No dedicaré tantas letras al Messi ‘Maradoniano’ que todos disfrutamos en Qatar 2022, de los goles en finales de Ángel Di María ni de la leyenda en la que se está convirtiendo Damián Emiliano el ‘Dibu’ Martínez.

No hablaré de ellos, como en 1978 algunos medios tampoco hablaron tanto de Mario Kempes, Daniel Passarella, Ubaldo Fillol u Osvaldo Ardiles.

Todos ellos, elementos importantes para la obtención del primer título mundial en la historia de la selección Argentina de fútbol.

¿Entonces?

¿Por qué algunos medios prefirieron dejar sus nombres en segundo término?

¿Quién ocupó la primera plana?

Argentina 78: un mundial con mucha ‘sangre’

El fútbol es, en esencia, lo más importante… dentro de lo menos importante.

¿Pero qué pasa cuando los ‘jefes’ de un país deciden utilizar el fútbol para distraer al pueblo?

‘Mágicamente’ la pelota se vuelve lo más importante del mundo.

Eso es lo que sucede.

En consecuencia, creemos que la nota principal es que Argentina venció a Holanda en la final, y no que a diez cuadras del ‘Monumental’ de River Plate (donde se llevó a cabo el juego), en la Escuela Superior de Mecánica de la Armada, miles de jóvenes fueron brutalmente asesinados, mientras afuera, en las calles, la gente celebraba como lo que en definitiva eran: campeones del mundo.

Pero dentro de un juego solamente, porque en el día a día la realidad era muy distinta.

‘Proceso de Reorganización Nacional’ 

Así fue como se le llamó a la dictadura argentina entre 1976 y 1983, un periodo de tiempo que se caracterizó por la constante violación de los derechos humanos, la desaparición y muerte de miles de personas.

Así como Benito Mussolini aprovechó el Mundial de 1934, Adolf Hitler los Olímpicos de 1936 y Gustavo Díaz Ordaz las olimpiadas de México 1968, Jorge Rafael Videla se benefició del Mundial de Argentina 1978.

Su intención era mostrarse ante el mundo como líder de un país próspero y justo.

Sin embargo, los argentinos vivían en una prisión disfrazada de nación, en la que los reclusos eran todos aquellos que pensaban distinto a su dictador.

El fútbol debe ser una fiesta. Un espectáculo, quizás. No una alberca de sangre que purifique el ego y haga más grande el ‘nombre’ de crueles dictadores y corruptos gobernantes, que bien podrían ser llamados: CRIMINALES.

Hoy Argentina es campeón del mundo, y merecen los aplausos de todos los que amamos este lindo deporte.

No obstante, así como en esta pieza invito a que no nos olvidemos de los muertos en la dictadura de Videla, les pido que recordemos también a esos que murieron trabajando como esclavos para construir estadios que ‘ya fueron’, a los periodistas fallecidos en misteriosas circunstancias y al hombre que fue condenado a pena de muerte por defender algo que debería estar protegido por descarte: los derechos humanos.

Todo esto sucedió en Qatar: país anfitrión de un mundial en el que las cosas salieron ‘de maravilla’.

O eso dicen en los diarios…

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Texto: Jaime Garza 
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LA PLUMA DE JAIME GARZA

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