‘La Pequeña Tienda de los Horrores’ en Monterrey
El barrio de Skid Row llega a Monterrey con La Pequeña Tienda de los Horrores, el musical presentado en el teatro Convex con una temporada otoñal de dos fines de semana, una historia con música, comedia negra ligera, diferentes estilos de baile y no más de 10 actores en escena llega al público regiomontano para darle vida a una planta monstruosa y concientizar sobre la avaricia que consume a la sociedad la busca del éxito propio.
Al entrar al recinto, es fácil reconocer que hay una gran inversión de por medio para la realización del musical por parte de la casa productora Teló, ya que los adornos con iluminación para tomarse fotos y la escenografía, te dan la sensación de estar en un teatro neoyorquino, esperando disfrutar una obra de Broadway, sin embargo, solo se llenó una cuarta parta de los asientos, en la función a la que asistimos el sábado pasado.
La orquesta, resuena en todo el lugar, parece una pista grabada debido a los tiempos tan precisos y el audio que choca en las paredes del teatro hasta llegar sin molestia alguna a los oídos. Entran tres chicas vestidas de lentejuelas, las narradoras, las cuales crean una ola de aplausos entre el público y dan inicio al show.
Entre bailes, diálogos, canciones, risas y lágrimas la historia se lleva a cabo, en donde la protagonista es una planta sedienta de sangre humana y Seymour, su cuidador, se debate entre mantenerla viva sacrificando a la gente que lo rodea y así conservar su fama o matar sus ilusiones de progresar y hacer una vida con el amor de su vida, Audrey.
Una historia, que a simple vista parece sin sentido, pero que profundiza la mirada social del ego, el triunfo profesional y la inseguridad humana, lo cual se entiende hasta terminar de ver el musical, que con tintes de tristeza, culmina con un mensaje positivo.
No es casualidad, ver la sonrisa de los presentes al ir para la salida, comentarios que ensalzan la obra por los buenos actores en escena, vestuarios brillantes y la manera en que conllevan con diversión y sensibilidad un clásico de Alan Menken, que toca profesionalmente por primera vez, tierras regias.
