Fiona Apple está de vuelta con un poderoso y contundente nuevo álbum titulado Fetch the Bolt Cutters, su primer disco en ocho años.
El disco fue grabado en su casa de Venice Beach golpeando sus propias paredes e incorporando incluso palmadas, susurros, ecos y hasta ladridos de sus perros; todo esto acompañados por su voz, sus letras y su inseparable piano.
Fiona se encargó ella misma de la producción, que también estuvo acompañada por una banda compuesta por la baterista Amy Aileen Wood, el bajista Sebastian Steinberg y el guitarrista Davíd Garza.
El nombre del disco proviene de la serie The Fall protagonizada por Gillian Anderson. Esta frase aparece en la escena en la que el investigador del crimen cometido sexualmente encuentra “una puerta cerrada en una habitación donde una mujer fue torturada”. Así, Fiona hace referencia a su historia de abusos. “Se trata de no tener miedo de hablar”, comenta Fiona Apple para el New Yorker.
En Fetch the Bolt Cutters Fiona nos cuenta sobre sus problemas depresivos, sus desórdenes alimenticios, sus adicciones, y todas las circunstancias que atravesó y procesó a su manera para entregarnos uno de los mejores discos en lo que va del año.
Moviéndose entre el spoken word dylaniano y la modernidad indie, Fiona Apple planta cara y alza su voz tras ocho años de reclusión e introspección, vuelve con mayor seguridad, y autoridad, para hablar de todo lo que está mal en este mundo.
Fiona deja de ser esa persona tímida y nos presenta una obra de arte emocional en donde su voz se aleja de la fragilidad y las canciones sobresalen por su vivacidad rítmica, sean apuntaladas desde su piano o desde los juegos de percusiones.
El regreso de Apple llega en un momento crítico, se trata de una artista que inspiro a toda una generación de artistas aclamadas por la crítica como Angel Olsen, Florence Welch, Weyes Blood, King Princess o Lily Allen, por nombrar solo a algunas.
Sin duda, la paciencia y templanza que puso Fiona para grabar este nuevo disco, son cualidades que todo mundo necesita hoy en día.
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