El xenomorfo regresa una vez más a aterrorizar las salas de cine con el estreno de Alien: Romulus continuación directa de la primera entrega de la saga Alien donde nos sitúa 20 años después junto a un grupo de chicos que, en su búsqueda por escapar de su planeta, deberán enfrentarse al alienígena o morir en el intento.
Esta película esta ubicada entre Alien: el octavo pasajero (1979) y Aliens: el regreso (1986), y si bien hace referencias a la primera entrega, realmente no es necesario que hayas visto cualquiera de las películas de la saga para que entiendas lo que está sucediendo, volviéndola sumamente independiente e interesante para aquellos que no sean fans de la saga.
Y ahora lo que en verdad nos preguntamos ¿es o no una buena película? Para mí sí. Y es que recupera todo lo que hacia genial a las primeras dos entregas: suspenso y terror en una nave espacial. Esto porque conforme fue evolucionando la franquicia se fue perdiendo un poco eso, volviéndose más de acción y peleas que del propio terror de tener una criatura cuyo instinto letal e imparable esta al acecho, algo que Romulus logra sin lugar a duda.
Nuestros protagonistas son un grupo de jóvenes mineros que buscan escapar de su planeta opresor dirigido por Weyland-Yutani Corporation, al hacer esto se encuentran con una estación espacial abandonada orbitando en su planeta, la cual contiene los materiales necesarios para su escape, pero al buscarlos se encontraran la razón por la cual fue abandonada dicha estación.
El elenco lo encabezan Rain, interpretada por Cailee Spaeny a quien vimos en Guerra Civil (2024) y el sintético Andy, interpretado por David Jonsson, los cuáles se convierten en los personajes más interesantes de la película al tener una especie de relación fraternal en donde se distingue que uno de ellos realmente no es un humano, pero no deja de interesarse por el bienestar de la otra. El resto de los personajes no resultan tan interesantes a pesar de tener sus propios intereses detrás de todo, volviéndose carne de cañón durante la historia.
Realmente disfrute el suspenso que esta película crea, poniéndola como mi tercera favorita de la saga; en especial con los Face Huggers quienes destacan más que en entregas pasadas, porque realmente todo está hecho para homenajear de cierta forma los orígenes de la franquicia, desde la tecnología análoga, el uso de efectos prácticos y la ambientación retro y sucia que nos presentan hacen que Romulus tenga una personalidad propia que no habíamos visto desde Aliens: el regreso.
Eso sí, no puedo decir que todo es perfecto, ya que algo que si me hizo mucho ruido fue que realmente no sentí miedo por el Xenomorfo. Esto no se debe a su diseño, porque de hecho felicito el diseño del animatrónico, sino por el uso de cámara del mismo director, ya que se utiliza algo excesivamente los planos a detalle que realmente no se aprecia mucho lo imponente e impactante que la criatura puede ser, esto a mi parecer.
Sin duda que si eres fan de esta exitosa franquicia vas a disfrutar mucho de Alien: Romulus, es asquerosa, terrorífica y llena de acción, toda una experiencia que si o si debe verse en tu cine más cercano a partir de este 15 de agosto.