El Baile de los 41

El Baile de los 41 es la nueva película de cine mexicano que está causando polémica en el país y se estrenará este jueves 19 de noviembre en Cinépolis.

La cinta es dirigida por David Pablos, quien nos ha brindado cortometrajes y películas ganadoras de reconocimientos y premios, entre ellas Las Elegidas, que fuera acreedora al Ariel como mejor película, guion, actriz, fotografía y dirección.

David nos cuenta una historia que quedo registrada en la memoria del país, además de que José Guadalupe Posada, famoso grabador e ilustrador de México, lo plasmo en sus grabados.

Se trata de una redada policiaca que realizó el gobierno de Porfirio Díaz a un grupo de homosexuales que realizaban un baile. Dichos integrantes pertenecían a la más alta clase social porfiriana. Usaban vestidos, joyería fina, maquillaje, pelucas…aunque el grupo era de 42 personas detenidas, se dice que omitieron el nombre del yerno del presidente.

Se generó un escandalo mediático al visibilizar a los asistentes, los castigos a los cuales fueron sometidos, trabajos forzados y desaparición de los mismos.

Los papeles principales de la cinta corren a cargo de Alfonso Herrera, Mabel Cadena y Emiliano Zurita, quienes nos muestran la vida de un matrimonio por conveniencia, la relación de los dos integrantes ocultando sus deseos en espacios que les brindaban un poco de seguridad para poder ser lo que ocultaban.

El Baile de los 41 mostrará como el Presidente Díaz (Fernando Becerril) trato de encubrir los hechos que relacionaban al esposo de su hija Amada Díaz (Mabel Cadena) en el famoso baile anual que hacía este grupo de hombres. Pero que pese a ello, la historia sigue manteniendo vivo el recuerdo de este hecho que fue inmortalizado por José Guadalupe Posada.

El director David Pablos fue el encargado de desarrollar este proyecto escrito por Monika Revilla (La casa de las flores), al que buscó darle un giro más humano e inclusivo de lo que la historia y la leyenda ha contado, sin olvidar hacer un retrato perfecto de la atmósfera que se vivía a principios del siglo XX.

“Para mí como director es muy importante hablar de la historia del baile de los 41 y retomarla desde otro ángulo. Humanizando primeramente a estos personajes, dignificándolos y mostrando las relaciones que ellos tenían como un grupo fraterno. Es impresionante que en este país, a estas alturas del partido, el ver a hombres vestidos de mujer, el ver a dos hombres besándose, sigue generando controversia. Para mí, gran parte de la aportación que puede hacer esta película es mostrar nuestras historias y visualizarlas”, explicó David Pablo en LGBT Session.

Póster oficial de "El baile de los 41" (Foto: Instagram/@elbailedelos41)

El director señaló que la película permite ver las consecuencias de una sociedad conservadora y lo que ocurre “cuando no se puede ser en libertad”.

David Pablos quedó un poco impresionado al saber que su cinta es clasificación C solo por el tema que trata. Su única intención es retratar una sociedad clandestina de hombres homosexuales organizados; mostrarlos de forma digna, lejos del enfoque de las crónicas de la época que los trató con burla, desprecio y deshumanización.

De las escenas que más llamaron mi atención fue en si el baile, los planos, la manera en como retrata a la comunidad, su cámara lenta, la musicalización. Además del momento de la detención y ver el final del personaje interpretado por Zurita.

El Baile de los 41 es una oportunidad para el espectador de ver diferentes formas de manejo de la cámara, planos principales, una fascinante decoración, maquillaje, peinado de época y una historia que nos enseña las consecuencias de lo que ocurre cuando una sociedad no permite vivir en libertad. De los errores que no debemos cometer, lo importante que es simplemente ser lo que deseas, el respeto a la comunidad LGTB+, el amor y vivir en armonía.

Un poco de historia

Los pormenores de este episodio en la historia nacional quedaron retratados en el libro “Los cuarenta y uno: novela crítico social”, bajo autoría del seudónimo Eduardo A. Castrejón, elaborada en 1906. El año pasado este libro fue reeditado por la Universidad Nacional Autónoma de México, con la participación de Carlos Monsiváis en el prólogo y del investigador Robert McKee Irwin.

“Lo más significativo de la redada de los 41 es, reiteradamente, la detención arbitraria de un grupo que se divierte una noche de sábado. (…) No se conciben siquiera los derechos civiles y humanos de los ‘pervertidos’, y ‘el mal ejemplo’ es delito suficiente”, escribió Monsiváis para la obra.

La madrugada de ese domingo de 1901, en la calle de la Paz (hoy Ezequiel Montes, en la colonia Tabacalera), la policía irrumpió en una fiesta privada donde 42 hombres, la mayoría de familias aristocráticas, bailaban entre sí. Diecinueve de los asistentes vestía de mujer.

La versión oficial consignó que se trataba de un evento con 41 asistentes, sin embargo, en la prensa trascendió que había un hombre más presente, que entre los detenidos “disfrazados” estaba el yerno del presidente, el esposo de Amada Díaz.

La disparidad entre ambos números es producto del empeño que se puso en borrar su nombre de la lista, en desvincular a la familia presidencial de tan criticado suceso. Los hombres detenidos fueron sometidos a castigos vergonzosos como barrer las calles vestidos de mujer, luego fueron expulsados de la ciudad y trasladados a la cárcel de Belén, Yucatán, donde tuvieron que someterse al servicio militar bajo advertencia de que podrían ser llamados a combate.

Ejemplar de la Gaceta Callejera que reseña la redada de "Los 41" (Foto: Gaceta Callejera)
Ejemplar de la Gaceta Callejera que reseña la redada de «Los 41» (Foto: Gaceta Callejera)

Texto: Etto Santana

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