Kendrick Lamar regresa con su nuevo álbum Mr. Morale & The Big Steepers, el cuál ya está disponible en todas las plataformas digitales.

El mensaje central del disco sucesor del multigalardonado DAMN, que le valió un premio Pulitzer, hace un llamado a una mayor empatía y comprensión del impacto de problemas sociales como el racismo y la pobreza, asimismo Lamar anunció que este álbum es el último con el sello Top Dawg Entertainment.

Poco antes de la publicación de este disco, Kendrick lanzó “The Heart Part 5”, añadiendo la canción a una serie de lanzamientos del mismo nombre que Lamar suele publicar poco antes de un nuevo álbum.

El vídeo, dirigido por Dave Free, arranca con Lamar sobre un fondo rojo. El músico se transforma en distintas personas gracias a la tecnología ‘deepfake’ y aborda sus experiencias. Por ejemplo, habla sobre un amigo que es bipolar cuando se convierte en Kanye West. También se mete en la piel de Will Smith, Jussie Smollett, O. J. Simpson y Kobe Bryant.

En la recta final del clip aparece con el rostro de Nipsey Hussle, rapero que era amigo suyo y que fue asesinado en 2019. Lo hace para compartir una reflexión sobre su muerte y enviar un mensaje a sus seres queridos.

Pasando al disco, el fenómeno de Compton saca inspiración para Mr Morale & The Big Steppers de los grandes talentos de la musica afroamericana por medio de esta obra, concebida como un doble álbum. Vamos, tal como Isaac Hayes concibió en su momento “Black Moses” (1971), Stevie Wonder publicó “Songs In The Key Of Life” (1974) o Prince su “Sign O’ The Times” (1987).

El quinto álbum de estudio de Lamar continúa esta gran tradición. Es un disco de 18 canciones creadas por la necesidad de transcender más allá de los tiempos y el contexto de su era, siendo, al mismo tiempo, una brújula exacta del momento que nos ha tocado vivir; en el caso, de Lamar bajo la idea de portar la bandera del hip-hop, en todas sus formas posible. Este es un esfuerzo por alcanzar la gloria tan evidente que asusta por la magnitud del resultado final. Porque decir que estamos ante la obra maestra de Kendrick Lamar (una más) es más que suficiente para entender la relevancia de lo que tenemos ante nosotros: una muestra de genio para la cual hasta se permite el lujo de ir a contracorriente de la plana mayor del pop dominante en el siglo XX.

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