Y tú ¿qué harías si pudieras desbloquear tu mayor potencial, una versión más joven y perfecta de ti? Está pregunta nos hace La Sustancia, la nueva película de Coralie Fargeat y protagonizada por Demi Moore y Margaret Qualley que llegó ya a tú cine más cercano.
La historia parte de cómo una actriz olvidada y en el ocaso de su carrera, decide formar parte de un experimento en donde con la ayuda de una sustancia podrá crear un clon perfecto de su mayor potencial, pero al no seguir estrictamente las reglas de su uso, tendrá que lidiar con las horrorosas consecuencias.
Aquí el mensaje claro va sobre una crítica directa a la sociedad consumista que busca siempre ver cosas nuevas y bellas, lo que obliga tanto a hombres como a mujeres a seguir estándares de belleza sumamente irreales, yendo hasta el extremo por siquiera cumplir con algo de ellos, lo cual se ve reflejado en Elizabeth, el personaje de Moore, al recurrir a la sustancia después de sentirse vieja y olvidada en su cumpleaños 50 tras una exitosa carrera que quedó en su versión joven.
Todo parece excelente con el experimento pero hay ciertas reglas que no debes romper: una semana es para tu yo joven y la siguiente es para ti yo original estrictamente; y siempre hay que recordar que son una misma. Pero cuando se rompe este equilibrio se refleja la forma en que se abusa de procedimientos médicos para mantenerse “joven y bella” de formas poco saludables.
No pude evitar relacionar la trama como una especie de combinación del retrato de Doryan Gray con Dr Jekyll y Mr Hyde, al ver como la dualidad de Elizabeth y Sue alimentan esta necesidad de mantenerse jóvenes para ser amadas pero al mismo tiempo compitiendo entre ellas mismas por afectar más a la otra, rompiendo por completo el equilibrio de lo que una apariencia saludable y bella debería representar.
Visualmente la película es muy emocionante, algo al tipo de películas de A24, en donde el diseño de producción ayuda a darle un estilo único a la película.
Pero no todo es perfecto obviamente, porque debo decir que si algo no terminó de convencerme fue el final. Y no porque sea malo, pero cae en el error de alargarlo lo suficiente como para que tu como espectador te cuestiones si debió haber terminado 30 minutos antes, lo cual personalmente odié.
Puedo seguir analizando mucho esta película pero para no revelar más solo diré que si eres fan de una película de suspenso con un increíble mensaje sí o sí debes ver La Sustancia. pero eso sí, no recomiendo verla a cualquier persona sensible a lo visualmente grotesco, porque tiene una que otra escena que impactará a muchos en las salas de cine.