Reseña: Café Tacvba

Reseña: Café Tacvba celebró 30 años en Monterrey

Un festejo, a una trayectoria como la de Café Tacvba, no podía quedar sin celebrarse en grande, y los regios respondimos llenando el Auditorio Citibanamex, que reportó un sold out y la asistencia de 7,000 personas que disfrutaron, bailaron, cantaron, recordaron y celebraron a una de las agrupaciones más queridas de nuestro país.

«oe oe oe oeee café, café» eran los coros de la gente que no podía aguantar más para que su banda favorita saliera al escenario, pero antes, era el grupo chileno de Los Tres, quienes empezaron a calentar el ambiente.

La banda chilena, el gran símbolo musical de los años noventa en Chile, nos presentó clásicos de su discografía como «Sudapara», «Camino», «Silencio» y «Tirate».

Los chilenos recibieron una gran ovación con los primeros acordes de «Olor a Gas», pero fue con «Amor Violento» que despertaron al público que apenas llegaba a acomodarse en sus asientos, y es que el líder y vocalista de la banda, Álvaro Henríquez, alentó a la gente a cantar con él.

Fue un set corto, de 9 canciones y apenas 45 minutos de duración, sin embargo, no podían dejar de tocar clásicos como «Déjate Caer», «La Torre» y «La Espada y la Pared».

Las luces se apagaban y era el turno del Café Tacvba, los de la capital sabían que no tenían que hacer mucho para ganarse al público, a final de cuentas estaban con sus fans regios, quienes vitorearon todo lo que hacía y dejaba de hacer la banda sobre el escenario.

Rubén Albarrán, Joselo Rangel, Emmanuel del Real y Enrique Rangel, con mucha frescura y color, celebraron 30 años de trayectoria con un repaso por toda su discografía.

El carisma de Albarrán se iba a llevar las risas y palmas de los presentes con su discurso pro ambiente y en contra de la violencia de todo tipo. Rubén tiene experiencia y sabe como llegarle al público, un frontman en toda la extensión de la palabra.

Con «Seguir Siendo» se daba por inaugurada la noche, después siguieron «Tengo Todo», «Cero y Uno», «Matando» y «Trópico de Cáncer», que presagiaban que los de Ciudad Satélite iban a tocar canciones de todas las épocas.

«Volver a Comenzar», «La 11», «La 2» y «Revés», los tacvbos le daban rienda suelta y la gente no paraba de cantar y bailar al ritmo que dictaba la banda. Lo guapachoso de «Futuro» terminó por poner a todos de pie.

Pero no fue hasta que interpretaron «Ojalá que llueva café» que el Auditorio Citibanamex estalló con gritos y aplausos, y que, en compañía del Dúo Huasteco, con un niño de apenas unos 12 años al violín, el Café Tacvba hizo que toda la gente se pusiera a bailar y cantar.

«Puntos Cardinales», «Olita de Altamar» y «Las Flores», mantuvieron el nivel de la velada que ya rosaba el éxtasis, y es que mucha gente tomó los pasillos para coger más espacio y bailar sin limitaciones.

La banda se notaba contenta y feliz de estar en Monterrey, y una vez más, Rubén seguía con sus discursos, y ocurrencias que la gente festejaba, dando tiempo a que sus compañeros cambiaran de instrumentos.

La «Chilanga Banda» haría su aparición estelar, el cover de Jaime López nos llenó de chemo, churro y garnachas, y bailando de arriba abajo, al ritmo de tíbiri-tábara, el Café Tacvba se echo a la bolsa al público.

Ya es costumbre que entre canción y canción, la gente coree el ¡paparupapa eu eo! ¡paparupapa eu eo! pidiendo obviamente, «El baile y el salón», canción que iba a ser interpretada al final del primer encore.

«El fin de la infancia», «Déjate Caer», «Chica Banda» y «Eres» sonaban, toda una auténtica avalancha de éxitos. Sobre el final, Jessy Bulbo acompañaría a los tacvbos para la reversión feminista de “La Ingrata”, esto ya en el segundo encore que ponía punto final a la noche.

La cheve se acababa en algunos puestos del pasillo, pero no las ganas de seguir gozando con el Café Tacvba por muchos años más.

Texto: Víctor Moreno

Fotografías: Abraham García
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