Tool en Monterrey
Después de ser criticados por sus propios fans el fin de semana pasado en su propio festival Live in the Sand (básicamente Tool fue criticado porqué prometió dos sets únicos y repitieron canciones las dos noches que se presentaron en dicho festival organizado por ellos), Tool llegó a Monterrey con sed de revancha y vaya que se sacaron la espinita.
Desde sus primeros discos, lanzados a inicios de la década de los 90s, Tool fue señalado por ser una especie de encrucijada sonora, una que desafía los límites del rock progresivo y la composición musical. Con una discografía marcada por estructuras matemáticas y envolventes, cambios de ritmo inesperados y un show en vivo repleto de visuales hipnóticos, la banda ofreció un concierto en la Explanada del Estadio de Beisbol Monterrey para más de 8,000 fans.
En Monterrey, como ya se sabe, el tráfico es una pesadilla y las vialidades es un auténtico dolor de cabeza, por eso, al ser día hábil entre semana, mucha gente llegó tarde al concierto, incluso una vez que arrancó Tool, todavía había muchas personas haciendo fila para entrar al espacio de Ciudad Universitaria en San Nicolás de los Garza.
Temprano, Seven Hours After Violet, el proyecto de Shavo Odadjian, bajista de System of a Down puso el tono de la velada, al tocar canciones con elementos del metal progresivo. Después, fue el turno de The Cult, que con su mezcla de goth y hard rock, elevó los ánimos de la gente, pero bueno, todo mundo estaba ahí para ver a Tool, una de las bandas más esperadas por los regios en años. Nunca nos habían visitado.
Con un despliegue de luces, proyecciones psicodélicas y una atmósfera inmersiva comenzó el concierto de Maynard James Keenan, Danny Carey, Justin Chancellor y Adam Jones, Tool.
Tal vez porqué se trata de una de las bandas más respetadas del género, y porqué su música demanda tu atención, la gente estaba estática al inicio, atentos mientras sonaba “Fear Inocolum” y “Jambi”.
“Hello Monterrey, bullshit, ¡Hello Monterrey!” dijo el vocalista Maynard James Keenan al inicio del show. Arriba del escenario, oculto, estaba el también líder de A Perfect Circle y Puscifer, quién, como ya viene siendo una costumbre en los conciertos de Tool, dejó atrás los looks salvajes y provocativos de años pasados, para pasar a tener una labor sobria, enfocada totalmente a la música y dejando a los visuales, grotescos y psicodélicos, como principales protagonistas.
El que sí estaba iluminado al centro del escenario, era Danny Carey, el talentoso y poderoso baterista. Y aunque el guitarrista Adam Jones y el bajista Justin Chancellor tienen un arsenal de efectos, Keenan uso un megáfono para crear un efecto espeluznante en “Rosetta Stoned”, una canción de alrededor de 11 minutos.
La alternancia de compases y esa sensación de inestabilidad y tensión constante demanda una perfecta ejecución musical arriba del escenario, por eso, lo que estábamos presenciando era una catedra musical, algo fuera de la norma de la música actual.
En muchas formas, los conciertos de Tool son, en definitiva, una completa experiencia sensorial que busca trascender más allá de un concierto tradicional de rock.
Esta fue la primera fecha de la banda en esta gira por México, y al termino de esta, tocará el turno a Sudamérica, para, al finalizarla, meterse de lleno al estudio para seguir trabajando en nuevas canciones, esto, de acuerdo con lo que comentó brevemente Justin Chancellor antes del concierto.
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