Lo que ha logrado Grupo Orlegui en la industria del fútbol mexicano merece todos los aplausos del mundo.
En lo deportivo, Alejandro Irarragorri ha hecho de Santos Laguna uno de los equipos con más títulos de Liga en la historia de los torneos cortos y recientemente llevó al Atlas al bicampeonato, luego de que los rojinegros aguantaran más de 70 años de sequía.
En lo financiero, armó un interesante modelo de negocios con alto grado de rentabilidad sin descuidar lo deportivo.
Compran barato y venden caro.
Su esquema financiero no les permite retener a jugadores o a entrenadores cuando les llega una oferta económica atractiva, y, sin embargo, no resienten las salidas.
Se las arreglan para seguir compitiendo por el campeonato mexicano a pesar de sus constantes bajas.
No obstante, la forma de trabajar de Grupo Orlegui no es la única manera de triunfar en nuestro balompié.
Grupo Pachuca, Televisa, FEMSA y Sinergia Deportiva también han hecho muy bien las cosas en los últimos años.
Los Tuzos exportando jugadores al fútbol europeo, América manteniendo en lo más alto al único equipo grande de nuestra Liga, FEMSA ofreciendo las mejores instalaciones de Latinoamérica, y, junto a Tigres operado por Sinergia Deportiva, ganando títulos prácticamente cada año desde el 2009 hasta la fecha, son algunos otros ejemplos de éxito que se han dado en nuestro país.
Esto no se escribe con el afán de manchar el legado de Grupo Orlegui.
Como se dijo en un principio: merecen todos los aplausos del mundo, y, al paso que van, lo más probable es que los logros se tripliquen.
Pero en el afán de enaltecer a uno tampoco me parece justo que despreciemos a los otros.
Grupo Orlegui, al igual que Televisa, Grupo Pachuca, FEMSA y Sinergia Deportiva, ofrecen caminos diferentes que los lleva a todos a una misma gloria.
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Texto: Jaime Garza
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