Blanca Nieves de Disney, es la nueva versión de acción real del clásico de 1937, que intenta revivir la inolvidable historia, y llegó ya a las salas de cine.
La película llega entre controversias desatadas desde la elección de Rachel Zegler como Blanca Nieves (por su raza latina) o porqué Disney, en un inicio, decidió contratar actores de pequeña estatura para interpretar a los “siete enanos”, lo que algunos consideraron una perpetuación de estereotipos negativos. En respuesta, la compañía modificó la representación, convirtiendo a los enanos en “criaturas mágicas” de diferentes tamaños y géneros.

A pesar de que se trata de una una película que costó 270 millones de dólares, Disney habría decidido reducir la maquinaria del marketing por dichas polémicas y controversias que generaron las declaraciones de Zegler y Gal Gadot. Por ejemplo, Zegler es una firme defensora de Palestina y se pronunció en contra de la administración Trump y de quienes votaron por él. Similar a Gal Gadot, quien se ha pronunciado a favor de Israel desde octubre del año pasado. Por ello, varias personas han pedido un boicot mundial a la película.
El contexto también es importante: Disney ha buscado modernizar sus historias clásicas, como lo hizo con La Sirenita, generando reacciones encontradas.
Blanca Nieves presenta un personaje mucho más empoderado que poco asemejará la mujer del cuento que esperaba a un príncipe para revivir del hechizo de la reina malvada. Este giro no ha sido del agrado de varios.
La tendencia de darle mayor carácter y libertad a las princesas, para alejarlas de la narrativa tradicional de la doncella en apuros también podría influir en la respuesta del público en torno a esta nueva versión del clásico de Disney.