Ésta es la historia de Carlos Henrique Raposoel llamado “Futbolista más tramposo de todos los tiempos”llego a jugar a MéxicoFirmaba el contrato de riesgo, solo 6 meses, el que el club quisiera que todos los jugadores en prueba firmaran pero nadie lo hacía. Recibía las primas del contrato y me quedaba allí en ese periodo de tiempo evadiendo jugar
Dios me dio un padre y después me lo quitó. Ahora que Dios me ha dado un segundo padre que es usted míster, no dejaré que ningún boca floja lo insulte como aquel hincha al que yo le peguéNos concentrábamos en un hotel. Raposo llegaba un día antes con diez mujeres y alquilaba habitaciones del piso debajo a donde estaba el plantel. De noche, técnicamente nadie huía de la concentración, solamente bajaban las escaleras y nos divertíamosEs un amigo como pocos, y una persona que todo mundo debería conocer, pero no juega ni a las cartas. Nunca lo vi jugar un partido, muy pocas veces siquiera tocar un balón con los pies. En una disputa entre quién es más mentiroso, Pinocho perdería con el Kaiser
Era un estadio muy pequeño, no podía compararse a los monstruos gigantes que veía en Brasil, pero estaba lleno de hinchas. Había infinidad de balones con los que se supone tenía que entrenar, pero si lo hacía se iban a dar cuenta que era pésimo con el balón en los pies. Empecé a agarrar pelota por pelota y se las pateaba a los hinchas como ‘obsequio’ mientras besaba el escudo y la camiseta. Los aficionados estaban vueltos locos. Habré pateado unos 50, no quedó ni uno soloDespués de tantos viajes y tantos años de carrera, no me arrepiento de absolutamente nada. Los clubes engañan mucho a los futbolistas, alguno tenía que cobrárselas y me da gusto haber sido yoEstuve 6 partidos en el clubJugamos la final en Tokio contra el Liverpool. La Intercontinental fue mi mayor títuloLa FIFA dice que pasó por más de 11 equipos en 20 añosperosus registros solo muestran 14 apariciones en el campo de juego















































