Miguelito Arizmendi era un niño de tan solo once años a quien secuestraron en un México menos peligroso que el de ahora. Pertenecía a una familia de clase media, los raptores exigieron millones para su rescate, sus padres juntaron lo que pudieron, y sin embargo…
Era 1982 y por aquellos años la delincuencia aún no se apoderaba de México.
La palabra ‘secuestro’ aún estremecía la piel de las personas, no como ahora, que uno la escucha a diario en el noticiero.
La leemos cuando entramos a redes sociales y la escuchamos de nueva cuenta en el ‘chisme’ de la oficina.
Pero en aquellos tiempos las cosas funcionaban de otra manera.
No era muy común que secuestraran inocentes… mucho menos niños, como el pequeño Miguelito Arizmendi, quien fue secuestrado en la Ciudad de México cuando tan solo tenía once años de edad.
Pertenecía, como la mayoría de los mexicanos, a la clase media de este país.
Su padre era ingeniero y su madre trabajaba en una tienda.
Los secuestradores exigieron tres millones de pesos como rescate… un mundo para una familia que libraba bien los gastos del mes, pero hasta ahí.
A como pudieron, y sin dar parte a las autoridades, los padres de Miguelito Arizmendi juntaron trescientos cincuenta mil pesos y se los entregaron a los raptores de su hijo.
Estos quedaron en devolverlo sano y salvo, pero faltaron a su palabra.
Don Carlos Arizmendi, padre de la víctima, acudió a la policía, interpuso la denuncia correspondiente y se acercó a los medios de comunicación para pedirles ayuda.
Las tapas de los periódicos más importantes del país le brindaron un espacio al rostro del pequeño Miguelito Arizmendi; sus padres se presentaron en diversos programas televisivos, implorando por el rescate de un chico que sin hacerle ningún mal a nadie fue condenado al peor de los males.
Habían pasado diez días cundo encontrado el cuerpo sin vida de un niño, en una ranchería cercana a Maravatío, Michoacán.
¿La causa de la muerte?
Balazos en el cuerpo del menor. Tres, para ser preciso.
¿El nombre de la víctima?
Miguelito Arizmendi.
Se reveló que al niño lo mataron horas antes de haber cobrado el rescate.
La tragedia conmocionó a toda una sociedad.
El entonces presidente de México, Miguel fe la Madrid, se comprometió a dar con los delincuentes… y lo cumplió.
Los responsables pertenecían a una banda llamada ‘Las hienas’, liderada por Aureliano Rivera y su esposa, quienes fueron acribillados en el momento exacto en el que enfrentaron a la policía.
La banda estaba conformada por chicos menores de edad, quienes, por consecuencia, fueron puestos en libertad apenas cumplieron dieciocho años.
Don Carlos Arizmendi escribió un libro llamado ¡Exijo justicia!, a través del cual relata detalles sobre esa tragedia que sacudió a la sociedad entera, que puso a las autoridades y al gobierno de cabeza, pero que pronto olvidaron.
Porque eso pasa cuando secuestran y matan a alguien que carece de apellido pesado.
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Texto: Jaime Garza
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