Reseña: Jesucristo Superestrella en Monterrey
Ver Jesucristo Superestrella en vivo más que un musical es toda una experiencia. La Arena Monterrey se llenó de estrellas del pop/rock en español que interpretaron una versión nueva de la puesta en escena, traducida por la cantante y actriz Julissa.
Empezó la función y el ensamble con atuendos urbanos bailó en el escenario en compañía de Beto Cuevas (Jesús) y Erick Rubin (Judas).
Según la rueda de prensa realizada un día antes del estreno, Beto comentó que tenía un malestar en la garganta, el cual lamentablemente se hizo notar en la presentación pero le dió mucho más mérito a su participación, por la increíble capacidad histriónica que demostró tener.
Erick por su parte, representó uno de los antagonistas de la historia, quien sorprendió con un rango vocal mucho más extenso al que muestra normalmente en los 90´s pop tour.
En fin, fue una versión adaptada al público mexicano, barnizado de un aspecto moderno en una época antigua e introduciendo la tecnología y tendencia actual, lo cual dio mucha frescura al show.
La Josa (María Magdalena) destacó por su gran voz principalmente en el reconocido tema “No se como amarlo”, en donde recibió miles de aplausos de las 7,500 localidades vendidas de la Arena. Lo interesante de esta producción de Ricardo Gou, es que cada cantante utilizó su estilo y lo adaptó al personaje sin olvidar que se trataba de una ópera rock, lo cual sumó calidad en conjunto.
Por su parte, Kalimba, quien no pudo presentarse en Torreón debido a un accidente automovilístico, salió al escenario con mucha energía y sus notas extravagantemente agudas, llegaron hasta el techo de la Arena.
Leonardo de Lozzane (Pilatos) también fue uno de los favoritos y su personaje cobró intensidad en la escena en la que condenan a Jesús, por la gran mezcla de emociones y notas vocales. Enrique Guzman (Herodes), a pesar de aparecer solamente una vez, le dió su estilo al personaje y todos simpatizaron con este a pesar de lo cruel que era. Por último Jahir, fue también ovacionado por el grito de las mujeres y junto con la Josa armonizaron un momento épico previo a la crucificción de Jesucristo.
Según Enrique en la rueda de prensa, no había ningún pleito entre los integrantes del elenco y efectivamente había una gran conexión entre todos.
Es un musical que narra la historia de Jesucristo desde una perspectiva diferente pero que crea conciencia de la sociedad en la que vivimos. El pecado y los comerciantes del templo son representados como la perdición de un mundo mediático, en el que la población se mantiene cegada por enfermedades como la promiscuidad, aparatos electrónicos, avaricia,etc. Ya ni importó la cucaracha que salió alrededor de las butacas en las que tenían a los reporteros, porque fue un show dinámico, los vestuarios hicieron lucir los contorneados cuerpos de cada uno de los del elenco, los juegos de luces crearon un ambiente muy real y la proyección de imágenes de personas en la cruz de Cristo fue lo que dió fin a una historia hablada en un idioma universal que une a todos como el amor de Jesucristo, la música.
