Kasabian

Perder al vocalista de tu banda, que desde los inicios de ella te ha llevado hacía la cumbre, en este caso, del indie rock, y tener que grabar un nuevo disco, pudiera generar muchas dudas en muchas bandas. Sin embargo, para Serge Pizzorno, líder, guitarrista y fundador de Kasabian, hay vida después de Tom Meighan.

Como ya saben los fans de la banda, Tom Meighan dejó la banda en 2020 tras declararse culpable por abuso doméstico, después de esto, Meighan anunció este año que continuaría con una carrera en solitario. Ante esto, Pizzorno y los demás integrantes de Kasabian, decidieron que la banda continuaría también. ¿Cuál sería el resultado de esto?

Pues el resultado es The Alchemist’s Euphoria, séptimo álbum de estudio de la banda y que da continuidad al aquel ya lejano For Crying Out Loud de 2017.

“El verano en el que Tom se fue, fue absolutamente devastador. Se sintió como salir de casa, volver y verla quemada, caminar entre las cenizas, ver fotografías y artefactos antiguos y recoger y examinar cosas de la destrucción. Fue un tiempo intenso”, comentó Pizzorno.

Kasabian, que aparte de Pizzorno está integrada por el bajista Chris Edwards, el baterista Ian Matthews y el guitarrista Tim Carter, vuelven con un álbum introspectivo, ecléctico, pero sobre todo, con una meta definida: un disco que te haga pasar un buen rato.

The Alchemist’s Euphoria tiene un sonido grande y épico, pero también tiene ese lado personal con canciones más suaves junto con las que están fabricadas para públicos masivos.

The Alchemist’s Euphoria está cargado de buenas ideas, y la voz de Pizzorno, aunque no se escucha fuera de lugar, no tiene nada que la distinga.

Por ejemplo, cuando estás cantando letras que dicen: “Jet packs / Life in a simulator / Drip feed / Straight to the incubator.” En la voz de Pizzorno suenan a pura incoherencia. Se requiere esa actitud y desfachatez (muy a la Liam Gallagher, no por algo son fans de Oasis) para hacer trascender a la canción, algo que sí hacía Tom Meighan.

Pizzorno le pone mucho énfasis a la textura de las canciones. “Ha sido nuestro disco más cohesivo” ha dicho, y eso le da crédito como compositor, porque se rehúsa a quedarse en la zona de confort que muchas bandas del lad-rock (subcultura británica) tienen miedo a salir.

The Alchemist’s Euphoria no es su mejor trabajo, pero si una muestra de que si encuentran esa pieza que le hace falta al rompecabezas, Kasabian volverá a crear esos himnos que tanto nos gustan del indie rock.

Texto: Víctor Moreno

Comentarios

comentarios