Acabar de ver Wicked For Good, es sinónimo de sentir un gran vacío emocional, pero a la vez una calidez en el corazón difícilmente de explicar con palabras. El inicio de la primera parte estrenada el año pasado, hace alusión a Broadway y el final de esta segunda parte de igual forma, como si se tratara de un agradecimiento a todo el equipo creativo que partió desde New York y que ha llegado a todo el mundo a través de la cinta.
Al ser fanática de la obra, debo admitir que tenía cierta incertidumbre en torno a la última entrega, debido a la carga oscura de la narrativa, el mundo colorido y mágico de Oz quedaría algo en el olvido para darle paso al dolor de Elphaba y Glinda en esta lucha personal entre lo que es bueno o malo, pero para mí fortuna esto no ocurrió como pensaba.
Desde el momento uno, se le brinda tributo a lo que fue, es y será Wicked, puedo constatar que por un momento te hace sentir que estás viendo una nueva versión de la obra en el Teatro Gershwin de la gran Manzana, incluso las interpretaciones por parte de Ariana Grande (Glinda), Cynthia Erivo (Elphaba), Jonathan Bailey (Fiyero) e Ethan Slater (Boq) fueron mucho más imponentes, lograron cautivar no solo con la actuación sino con la intensidad vocal que retumbaba en cada butaca, como si se tratara de llenar un teatro completo con la potencia de sus voces.
Es mejor no dar tanto “spoiler” para evitar eliminar el factor sorpresa, sin embargo, hay varios momentos que me gustaría destacar para que les prestes mayor atención:
- Las dos canciones originales de la película brindan una mirada a la profundidad del pensamiento de Glinda y Elphaba, dos baladas que no desentonan sino armonizan entre ellas a pesar de aparecer en momentos diferentes.
- La sensualidad de “As Long As You Are Mine” como nunca vista, el tema aún más pasional, incluso si te percatas con cuidado Jonathan Bailey (Fiyero) hace un tributo a Norbert Leo Butz, el primer Fiyero de Broadway.
- Ariana por su parte continúa con su tributo a Kristin Chenoweth pero hace más visible su propio estilo de teatro musical con canciones como “I´m Not That Girl o “Wonderful”.
Es una historia conmovedora desde la visión cinematográfica de Jon M. Chu que no olvida la raíz, es decir la película del Mago de Oz interpretada por Judy Garland. En diferentes momentos se pueden observar detalles como el arcoíris y el dulce y verdadero significado de este. Incluso el final de la película no contiene la instrumental de “Somewhere Over the Rainbow”, pero te deja la sensación de que implícitamente está ahí.
Una culminación de Wicked, con emociones encontradas, tanto sonrisas como melancolía, donde la historia va mostrándote que tan fuerte el ambiente puede influir en tus decisiones y que cada acción sea buena o mala tiene su propia consecuencia. La sociedad podrá penar el bien, como dice Elphaba “No good deed goes unpunished”, pero el bien encuentra sus formas para seguir vivo, ya que este no necesita el reconocimiento público para subsistir.
Elphaba transfiere el bien a Glinda a través de su amor y de ahí el legado de la verdad continúa sin miedo al castigo.
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