Roosevelt

El 15 de octubre del 2022, uno de los escenarios del Tecate Live Out tuvo una presentación nunca antes vista en la ciudad. Con una impecable atención a su sonido y algunos mismos artistas del cartel como espectadores, Roosevelt debutó en tierras regias.

Este proyecto musical de Marius Lauber lleva un poco más de una década, consolidándose en alguna área del indie pop con un alto involucramiento de sintetizadores. Algo entre lo fresco y lo nostálgico caracteriza su sonido conocido a nivel mundial sin la necesidad de tener una imagen plantada junto a este nombre.

Este 6 de marzo se presentará Roosevelt de nuevo en Monterrey (en el Showcenter Complex) con Embrace, su cuarto álbum que suena como nunca antes.

¿Cómo es que este álbum llegó a ser?

Creo que fue un tiempo donde estaba entre Europa y los Estados Unidos. Con los primeros tres álbumes que hice, solo estaba confinado en mi pequeño estudio en Colonia. Cuando escribí este, decidí llevarlo a producción en la gira que tenía y trabajé en muchos estudios improvisados con solo mis audífonos y laptop. Suena como algo muy normal en estos tiempos porque yo sé que muchos lo hacen de esa manera. Para mí fue un cambio gigante y me dio otra perspectiva de la música: el escribir canciones, el tomar decisiones diferentes y el encontrar un nuevo mundo sónico.

Yo creo que mi álbum pasado era muy limitado en un género específico; era muy como… ochentero y lleno de sintetizadores a propósito. Esta vez, el álbum suena más a una playlist o mixtape donde cada canción abarca a su propio mundo.

Lo ‘ochentero’ es una de las pocas palabras que los medios utilizan para describir el proyecto pero, ¿Cómo lo describirías tú?

La música es como una mezcla de disco, indie y obviamente un poco de house. Nunca fue que me senté un día y decidí hacer un proyecto que suene ‘ochentero’ aunque creo que muchas de las bandas y actos más recientes que me inspiran son influenciadxs por eso. Por ejemplo, una de mis bandas favoritas es LCD Soundsystem. Yo los empecé a escuchar cuando tenía como 14 o 15 años. En ese entonces, no entendía las referencias porque es una banda que tiene muchísimas, y realmente yo pensaba que eran las primeras personas haciéndolo. Tiene a Talking Heads y Kraftwerk, al igual que algunos sonidos de los setentas, ochentas, pero también tiene del house y del techno noventero. Más bien, fui como una esponja que tomó todas estas influencias e hizo su propio trabajo con ello.

También vi sobre tu relación con los shows vivo a diferencia de tu trabajo como productor, ¿Qué quieres que la gente perciba viendo a Roosevelt?

Honestamente me sigo viendo como un productor primero. Por ejemplo, me voy la siguiente semana a esta gira y todavía se siente como si alguien me estuviera empujando al escenario. Cuando tocas en un festival y tú nombre está entre varios cantantes y bandas que son profesionales en esto… no sé. No me quiero hacer sonar como menos de lo que soy porque yo sé que lo hago pero a veces siento que tengo síndrome del impostor.

A mí me encanta hacer música en el estudio, ese es mi pan de cada día y no lo cambiaría a nada. Tocar en vivo solo es como un delirio que a veces hago pero tampoco me lo quisiera perder porque me encanta. Sí, se siente un poco abrumador pero ya no le tengo miedo. Ahora veo esto como un: ¿cómo puedo hacer esto divertido para mí y para mi grupo?, ¿qué podemos hacer para que el show sea una buena experiencia para el público?, tratando de ser lo menos pretenciosos y sin sobrepensar mucho lo del sonar exactamente como el material grabado.

Ese síndrome del impostor te ha dado colaboraciones y remixes con muchos nombres grandes, sin embargo muy distintos. ¿Cómo trabajas esa consistencia específica?

La parte de los remixes para mí es uno de los lados más divertidos de este proyecto. Soy muy perfeccionista en mi propia música y por eso las cosas me toman tanto tiempo. Los remixes, en cambio, podría hacer uno al día. El ser tan rápido de principio a fin usando todo lo que conozco es algo que disfruto mucho. Por ejemplo, para el remix de Taylor Swift me dieron tres días. Todo ese proyecto de las Eras era muy secreto y lo trataban de mantener muy limitado de tiempo para que nada saliera al público. Creo que en ese entonces yo estaba de gira en los Estados Unidos y necesitaba viajar a un estudio con 48 horas restantes para mandarlo. Me encantan esos momentos donde solo importa el aquí y el ahora sin quitar el hecho de que sea mi música original. Me gusta esa presión de entregar algo rápido en contraste de mi trabajo propio. Además, es liberador que no sea mi propia vocal.

No he hecho un remix en un tiempo… me acabo de dar cuenta que debería de hacer otro


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