Rayado

desde la cuna, aficionado al fútbol desde que tengo uso de razón, y “futbolista amateur” desde los primeros pasos es parte de mí ser. Soy hijo de un padre aficionado a los Rayados, amante del fútbol, y de todo lo bueno que envuelve este deporte en su alrededor.

Tengo la bendición de seguir practicando este deporte con grandes amigos con los que tuve la fortuna de conocer principalmente dentro de la cancha, para luego formar fuertes lazos de amistad fuera de ella. Aún sigo en contacto con amigos con los que jugué desde la primaria, y con mis rivales que les repartí unas cuantas patadas durante mi época de prepa y Carrera.

Me inculcaron la filosofía que en el fútbol tienes que esforzarte por la búsqueda de siempre lograr el triunfo de forma honrada, de jugar bien y sobre todo dar siempre lo mejor de ti en cada partido; sin embargo, años después logre entender que el fútbol es la excusa perfecta para “hacer amigos”. No importa la nacionalidad, edad, nivel social y los colores de tu equipo favorito, el fútbol tiene la chispa para detonar la unión, compadrazgo y amistad entre las personas.

Hace un par de semanas logramos reunir un equipo de fútbol lleno de cracks amateurs de Nuevo León. Veinte años tuvieron que transcurrir para lograr juntar nuevamente el equipo con el que jugué muchos partidos. Después de tantos años que no veía a estos grandes futbolistas con los que compartí triunfos, derrotas, lesiones, alegrías, tristezas, llantos, sacrificios, mentadas de madre, entrenamientos y torneos; logramos jugar nuevamente un torneo “oficial”.

Gracias a la “magia” del Facebook tuvimos la oportunidad de armar ese equipo en el que en nuestra infancia jugábamos y nos sacrificábamos día a día para llegar un día a debutar en la primera división con el equipo de nuestros amores, Rayados o Real Madrid para unos, mientras que Tigres o Barcelona para otros. Hoy muchos de estos grandes amigos y muchos otros que considero mis hermanos, no lograron debutar en primera división, sin embargo SI lograron debutar recientemente como padres de familia, jugando día a día estos partidos que requieren mucho amor a la camiseta, mucho trabajo en equipo y sobre todo mucho sacrificio.

Hoy después de 20 años logre nuevamente compartir la cancha con ellos, veo que algunos de ellos cuentan con unos “cuantos” kilos de más, menos pelo y sobre todo menor velocidad y potencia de arranque y pegada de balón; sin embargo me mostraron que la hermandad que logramos años atrás por el gusto de jugar fútbol juntos sigue intacta. La pasión, las ganas de competir y sobre todo las ganas de “ganar, golear y gustar” siguen en los corazones de cada uno de nosotros.

Hubo una época que envidaba al futbolista profesional por tener la magia que por medio de un gol, pudiera ocasionar que desconocidos logren abrazarse, y sonreír para honrar este festejo. Hoy me di cuenta que, no tengo porque envidiarlo, ya que nosotros como “futbolistas amateurs”, sin importar la edad, podemos lograr el mismo sentimiento de emoción y alegría con nuestros familiares y amigos.

Agradezco al fútbol por las vivencias que he tenido hasta la fecha y sobre todo por las amistades que se han formado gracias a ellas. Un equipo o un club de amigos de fútbol amateur debe de tener las siguientes características básicas para mantenerse unido: 1) La pasión y amor al deporte de sus integrantes, 2) El liderazgo del capitán para organizar las carnes asadas después de cada partido jugado, 3) Identificar que el jugador más “limitado” técnicamente es clave de mantenerlo en el equipo, ya que es quien pone el ejemplo de meter siempre hue**s dentro de la cancha y el que 4) No se cansa por mantener el equipo unido, mediante torneos, convivios y demás actividades “extra cancha”.

Hay un dicho que dice: “El fútbol es lo más importante de lo menos importante”, y prueba de ello es que en el 99% de las carnes asadas con los amigos se llega al punto en el que se discuten temas futboleros, dejando en tela de duda si este dicho aplica en la vida cotidiana de un real amante del fútbol.

Esta colaboración está dedicada a las más de 500 personas con las que tuve oportunidad de compartir a lo largo de mi vida “algo” relacionado con el tema de fútbol. Dedicado a mis familiares (Mis padres principalmente), entrenadores, amigos, papas de mis amigos, compañeros de equipo y jugadores rivales, aficionados Rayados y aficionados de equipos rivales, y a todas aquellas personas que simplemente tienen el gusto de hablar, discutir y opinar de fútbol.

Entonces, “Capi, ¿cuándo jugamos y donde será la carne asada?”

Texto: Isaac Treviño Gutiérrez

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