Los Cargadores de Los Ángeles demandan tu atención
Para los que no se han dado cuenta, consideren este su aviso oficial: los Cargadores de Los Ángeles son el “caballo negro” más fuerte para competir en la Conferencia Americana. En el segundo año de Anthony Lynn como entrenador en jefe, los Cargadores se han posicionado para ganar el primer puesto de comodín de la conferencia, y tienen un plantel cargado de ambos lados del balón como para presionar a las potencias que se encuentran por arriba en la tabla. El equipo comandado por Philip Rivers está teniendo su temporada más exitosa en años a oscuras de la atención nacional, e incluso de su mercado local. El enfoque de la ciudad está entendiblemente centrado en la zona del sudoeste, con los Carneros liderando la liga. El problema es que la falta de atención a los Cargadores no se explica completamente con la fama del otro equipo local, pues aun cuando juegan en el StubHub Center, el estadio está ya sea a media capacidad o decorado con los colores del visitante. Las siguientes fotos inexplicablemente se tomaron en la casa del equipo que tiene un récord de 8-3, con dos de sus tres derrotas contra los respectivos líderes de ambas conferencias:
There are a couple #Chiefs' fans at the StubHub Center this afternoon. pic.twitter.com/0G2rdvzcsv
— Matt McMullen (@KCChiefs_Matt) September 9, 2018
some particularly difficult rounds of everybody's favorite game, Spot The Los Angeles Chargers Fans In An Image Of A Los Angeles Chargers Home Game pic.twitter.com/NwRE9QgPF1
— Rodger Sherman (@rodger) November 18, 2018
En una de las mejores temporadas para los Cargadores desde que Philip Rivers asumió la titularidad en el 2006, el equipo no es capaz ni siquiera de tener más gente en su estadio vistiendo sus colores que los del rival. Son un conjunto increíblemente subestimado, por lo que el objetivo de este artículo es evitar que más personas cometan el mismo error que la gente de Los Ángeles: los Cargadores se merecen reconocimiento como uno de los equipos más completos de la liga. Entrando a la recta final de la campaña, parece que el equipo “B” de Los Ángeles está listo para dar la sorpresa en la postemporada.
Las fortalezas de los Cargadores son variadas, factor que representa su principal argumento como contendientes, pero por respeto a su jugador franquicia por más de una década, es lógico empezar con Philip Rivers. El mariscal de 36 años está en camino para terminar con 38 pases de anotación en la campaña, la cual sería la mayor cantidad de su carrera, imponiendo también su mejor marca personal en porcentaje de pases interceptados (1.7) y en yardas por pase (9.1) El alto nivel que ha mantenido a lo largo de la temporada alcanzó su máximo en la semana 12 contra Arizona, partido en el que Rivers se convirtió en el primer QB en completar sus primeros 25 pases en un partido y estableció el mejor porcentaje de pases completos en un juego de la historia (con un mínimo diez intentos), obteniendo un ridículo 96.6%.Rivers siempre ha sido un mariscal confiable —en momentos incluso élite— pero su éxito con los Cargadores se ha visto limitado a esporádicas visitas a la postemporada que inevitablemente terminaron en derrotas. Entre problemas con pateadores, lesiones o sencillamente mal desempeño en juegos cerrados, los aficionados de los Cargadores se han tenido que conformar con solamente una aparición de postemporada en toda la década. Dudar del equipo puede ser tentador dados sus constantes fracasos, pero en el 2018, con Philip Rivers teniendo la mejor temporada de su carrera, las cosas pueden cambiar para Los Ángeles.
La ofensiva se ve potenciada por Melvin Gordon, quien por primera ocasión está teniendo el desempeño de un corredor seleccionado en la primera ronda del draft. Sus 5.2 yardas por acarreo son la cantidad más alta de su carrera, además de que se convirtió en una amenaza en el ataque aéreo, con un promedio de 10.3 yardas por recepción. Tan alto ha sido su desempeño que de no ser por lesiones, Gordon estaría en camino a rebasar las 2000 yardas desde la línea de scrimmage. A su vez, el WR estelar de la franquicia, Keenan Allen, ha logrado mantenerse sano durante toda la campaña, por lo que si logra evitar una lesión, esta sería la primera temporada en la que participó en todos los partidos. Allen encabeza un cuerpo de receptores complementado por Mike Williams y Tyrell Williams, el cual se encuentra dentro de los diez mejores de la liga en yardas totales (6°), anotaciones por pase (6°), primeras oportunidades (10°) y yardas por pase (10°). El ataque de los Cargadores encontró balance con sus corredores y receptores, aprovechando el nivel de Rivers, la base principal de la ofensiva que promedia 27.9 puntos por partido. Del otro lado del balón, la defensiva de los Cargadores también es sólida, especialmente la secundaria. El equipo de Los Ángeles tiene la defensa número 9° en valor ajustado sobre el promedio, destacando por haber permitido la tercera menor cantidad de anotaciones tanto por pase como por corrida. En particular, la principal ventaja que la defensiva representa para el equipo es su dominio de la zona roja —los rivales han conseguido puntos solamente en el 45.7% de las veces que han estado dentro de la yarda 20 de los Cargadores. El profundo Derwin James, selección de primera ronda del draft 2018, se ha cimentado como uno de los mejores defensivos secundarios de la liga, mientras que Casey Hayward y Desmond King complementan la defensa contra el pase. En cuanto a la línea frontal, cuando Joey Bosa está sano es uno de los mejores linieros de la NFL, formando con Melvin Ingram un peligroso dúo para los mariscales rivales. El cierre de la temporada será duro para los Cargadores —tienen pendientes visitas a Pittsburgh y a Kansas además de un encuentro contra la fuerte defensiva de Baltimore— pero el equipo ha demostrado de forma convincente que son una de las escuadras a vencer en la AFC. En caso de que logren salir de estos partidos con resultados positivos, existe la posibilidad de que el anonimato de los Cargadores termine y finalmente reciban su debido reconocimiento. De cualquier forma, el 2018 ha sido un año positivo para el equipo de Los Ángeles, y serán uno de los conjuntos a evitar una vez que llegue la postemporada.