Cuando se anunció el fichaje de Vincent Janssen, los reflectores se postraron en el Club de Fútbol Monterrey, por haber logrado contratar a un seleccionado holandés, cuya calidad le había permitido, incluso, ser fichado por el Tottenham inglés.
¿Qué venía de un año sin jugar?
Y sí, pero ya estaba recuperado de su lesión.
Era cuestión, pensó la gente, de que retomara el ritmo para entonces sí disfrutar de un jugador de primer nivel, atendiendo las pretensiones del balompié mexicano.
Y si uno voltea a ver lo acontecido en la Liguilla de aquel Apertura 2019, nos encontramos con un elemento todo terreno, que para derrocarlo debías sudar un mar entero… y capaz ni así lo lograrías.
La imagen del jugador americanista prendido a la cadera del ‘Toro’ mientras él seguía con su carrera, sirve de ejemplo.
La seguridad con la cual pidió patear el primer penal en la tanda contra las Águilas, también.
Sin embargo, de eso han pasado casi dos años, y aunque algunos aficionados siguen viviendo del recuerdo, lo cierto es que Janssen ha quedado a deber. Que por dónde lo queramos ver el hombre no fue, ni es, ni será, la bomba que algunos pensaron.
¿Qué le echa muchas ganas?
Y sí, pero en el fútbol las ganas deben ser un accesorio. Algo que ya traes por default y que por ahí puede marcar la diferencia cuando las cosas se complican. No la herramienta principal; única virtud de un tipo que cobra como millonario a cambio de sudar y echarle huevos.
Para colmo, Vincent Janssen es… o debiera ser el sustituto de Rogelio Funes Mori. Alguien que le genere competencia interna, que lo supla cuando el ‘Mellizo’ caiga en una lesión o cuando sea convocado por la selección. Un compañero en la delantera, incluso. O cuando menos alguien que más o menos se le acerque en cuanto a nivel se refiere, pero no. No lo fue, ni lo es ni lo será.
Por mucho que los aficionados estén enamorados del holandés y su carisma, la realidad lo delata; lo clasifica como un mito… como una mentira, acaso.
Un jugador que intenta mucho y logra poco.
Cuando todo está dicho, decir más, está de más.
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Texto: Jaime Garza
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