Todos sabíamos que la llegada de Miguel Herrera traería consigo cambios, no solo en lo futbolístico, sino también en lo mediático.

Tigres dejó de ser ese equipo provinciano que no importaba más allá de San Nicolás. 

Entre vueltas olímpicas y fichajes como André-Pierre Gignac, Eduardo Vargas y ahora Florian Thauvin, el club comenzó a ganar terreno a nivel nacional. 

Haber disputado la Final del Mundo frente al Bayern Munich, les abrió también puertas de talla internacional.

Y en medio de este cambio (para muchos inesperado), llega un entrenador al cual no solo no le incomodan los reflectores, sino que busca su mejor pose y hasta los disfruta.

‘Tuca’ Ferretti rara vez habló con los medios; ‘Piojo’ Herrera aún no dirige un solo entrenamiento y ya ha calado varios micrófonos.

Ricardo ni siquiera prestaba atención a las redes; Miguel ya hasta comprometió por ese medio a Gignac para que anote un chingo de goles.

Todo esto era de esperarse, como también será lógico verlo en diferentes comerciales y programas incluso ajenos al medio deportivo.

Lo que nadie esperaba, sin embargo, era que el estratega se sentara con la hinchada y apaciguara sus inquietudes. Que les hiciera sentirse parte, luego de once años de gritar a las paredes y tragarse sus reclamos.

El ingeniero Alejandro Rodríguez era muy claro en lo que respecta a los aficionados: lo hacía todo por ellos, les estaba eternamente agradecido y les hablaba bonito, más no permitía que sus exigencias influyeran de ninguna manera en el trabajo del entrenador. 

No les rendía cuentas ni los escuchaba. 

A ‘Tuca’ lo reventaron de mil maneras posibles y Alejandro jamás prestó atención.

No hubo demasiados reclamos al entonces presidente, no obstante, pues los resultados casi siempre fueron buenos.

La nueva directiva, encabezada por Mauricio Culebro, ha demostrado tener un modo distinto de operar. 

Quedó claro cuando le marcó por teléfono al aficionado que sacaron del Volcán ante el América, y lo confirma cada vez que puede, con tuits y reacciones jamás vistas en el ingeniero ni en Miguel Angel Garza.

En tiempos de Rodríguez, se hablaba de que Tigres recibía un trato especial por parte de la prensa. Pues a pesar de que rara vez ofrecían entrevistas o daban nota, casi nunca le pegaba al equipo, y cuando lo hacían, siempre había alguien que los defendía… o al menos eso es lo que decía la gente.

El hincha, sin embargo, aún ganando Copas, nunca dejó de exigir.

Un poco por esto y otro tanto por lo que quieran, Miguel Herrera y sus patrones han decidido escuchar más a la afición, en una jugada que te puede dar mucho crédito o te puede matar, según lo quieran ver.

¿De prensa amiga a hincha amigo?

Nunca creí que existiera lo primero… dudo que suceda lo segundo.

Cuando todo está dicho, decir más, está de más.

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Texto: Jaime Garza 
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LA PLUMA DE JAIME GARZA

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