Tigres Femenil

Cuando nació la Liga Mx Femenil, la mayoría de los equipos se condujeron con cierto escepticismo.

El negocio aún no les era del todo redituable. 

Las plantillas estaban conformadas por jugadoras que si bien tenían años compitiendo de manera profesional, algunas eran nuevas en temas de alto rendimiento, y los resultados se palparon en los primeros encuentros.

Entre goleadas de escándalo y anotaciones que no sabías muy bien si se debían al gran disparo de la jugadora de campo o a la escasa calidad de la portera rival, se esfumaron las primeras jornadas… y después llegó la Liguilla. 

Entre las invitadas a la fiesta grande, estaba un tal Tigres de la Universidad Autónoma de Nuevo León. Y aunque no lograron llegar a la primera final, demostraron tener un temple de hierro incluso en la derrota.

Hoy, las Amazonas son quienes más títulos han ganado y quienes más finales han disputado.

El fútbol femenil ha mejorado una barbaridad.

Hay menos errores y más aciertos. Por ende, cuando el arbitro silba el final de cada partido, el marcador señala resultados más apretados; fruto de duelos reñidos y de una justa suma entre la brillantez, la entrega y la inteligencia de las jugadoras y su cuerpo técnico.

La única constante, sin embargo, lo que casi nunca cambia, se llama Tigres Femenil.

Que casi siempre ganan, gustan, golean y divierten… ¡que le devuelven la pelota a la gente!

Tigres Femenil nació, no solo con copas bajo el brazo, sino también con la sangre caliente y la cabeza pensante.

En cada toque y en cada gambeta. En cada disparo y en cada grito de gol, demuestran al mundo que son ellas y no los hombres quienes verdaderamente representan el perfil tigre.

Cuando todo está dicho, decir más, está de más.

Texto: Jaime Garza 
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LA PLUMA DE JAIME GARZA

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