Las consecuencias de ver pornografía

Un estudio hecho por Archivos de Psiquiatría General, reveló que las imágenes pornográficas producen un aumento de dopamina en el cerebro (una neurotransmisor cerebral relacionado con las funciones motrices, las emociones y los sentimientos de placer) y el tener un constante aumento de esta hormona puede provocar que el cerebro se vaya desensibilizando ante la sustancia, lo que repercute en que los hombres o mujeres cada vez necesiten ver más pornografía para excitarse de manera normal.

Otros estudios revelan además, que la diferencia con respecto a practicar sexo, es que el porno produce una especie de “inundación” de dopamina. La descarga excesiva de esta hormona puede producir desórdenes cardiovasculares, renales, estomacales o endocrinos, entre otros. Pero, además, al producirse esta descarga, el organismo necesita volver a producirlas nuevamente, por lo que promueven la repetición de esta conducta, lo que puede convertirse en un círculo vicioso que lleve al individuo a perder la capacidad de gobernar su propio cuerpo. Es por esto que el cerebro de los consumidores frecuentes de pornografía muestra los mismos patrones que los de los drogadictos.

El cerebro, mientras tanto, reduce su actividad en los centros de recompensa. Cuanta más cantidad de pornografía ve, menos actividad.

Las consecuencias de ver mucha pornografía en el cerebro

“Los cerebros responden al cambio químico. Cuando se libera la dopamina y hay una sensación de placer, el cerebro primitivo envía el mensaje a repetir el comportamiento de la sensación deseada”, explica Joe Schrank, especialista en adicciones.

Así la mente de un adicto a la pornografía se presenta con una constante necesidad de sentir una fuerte estimulación. Es por ello que el cerebro de un aficionado al contenido sexual explícito sea comparado con el de un alcohólico o un drogadicto.

Otro estudió recientemente publicado en la revista ‘PloS One’ y llevado a cabo por la Universidad de Cambridge (Inglaterra) reveló que tres regiones concretas del cerebro eran mucho más activas en las personas adictas a estos contenidos sexuales: el cuerpo estriado, la corteza cingulada anterior (control ejecutivo, control emocional) y la amígdala (centinela de las emociones). En otro estudio llevado a cabo por el Instituto Max Planck (Alemania), los investigadores descubrieron que el volumen del cuerpo estriado del cerebro disminuía cuanto más porno veían.

“Hemos encontrado un importante vínculo negativo entre el acto de ver pornografía varias horas a la semana y el volumen de materia gris en el lóbulo derecho del cerebro, así como la actividad de la corteza prefrontal”, explicaban los autores del estudio.

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