El fútbol según los pro Tuca

Si hablamos de merecimientos, Tuca Ferreti tendría ya garantizado un contrato vitalicio. El documento estaría sobre el escritorio, esperando su firma. 

El brasileño se encontró con un equipo desahuciado; carente de alma y sin una pizca de idea. Le inyectó espíritu competitivo y pronto dominaron un estilo de juego. 

En su primer año al frente de la institución, el conjunto felino sumó casi sesenta puntos (borrando por completo los fantasmas del descenso), y para el Apertura 2011, siendo apenas su tercer torneo en el banquillo, el Tigres de Tuca Ferreti cortó con una sequía de veintinueve años sin salir campeón.

En 2014 salieron campeones de Copa, se clasificaron a la Copa Libertadores de América y se colaron hasta la final del torneo local. En 2015 se convirtieron en el tercer club mexicano en llegar hasta la final de la justa continental, y aunque la perdieron, meses después sanaron la herida ganando el campeonato mexicano.

En 2016 le regalaron una navidad de ensueño a sus aficionados, y en 2017 invirtieron los papeles en la Sultana del Norte, tras ganarle la final de Liga a los Rayados del Monterrey… en su cancha y con su gente.

En 2019 se bordaron su séptima estrella, y en 2020 ganaron su primera Copa de talla internacional.

Por si todo lo que he mencionado hasta éste momento fuera poca cosa, les recuerdo que el siete de febrero del presente año Tigres venció a Palmeiras en las semifinales del Mundial de Clubes, siendo el primer equipo de la zona en meterse hasta la final del mundo.

Todo esto ha sido de la mano de Tuca Ferreti, por eso digo que, si hablamos de merecimientos, el señor tendría ya garantizado un contrato vitalicio. El documento estaría sobre el escritorio, esperando su firma.

Sin embargo, los merecimientos que cuentan en el fútbol, tienen que ver más con el presente y el futuro que con lo que lograste en el pasado.

El ayer no se olvida, por supuesto. Y se agradece toda la vida. Pero cuando lo único que justifica su existencia es la melancolía, es momento de decir adiós… de hacer algo diferente.

Tuca Ferreti es el mejor entrenador en la historia de Tigres, y merece todo tipo de aplausos y reconocimientos. Una oficina en Zuazua, incluso. O un palco honorífico en el Estadio Universitario.

Pero el tiempo no perdona.

El estilo de Ricardo ya no conecta con las pretensiones del equipo; las pretensiones del club ya no encajan con su forma de vivir el juego. Y no. Él no está obligado a cambiar su manera de trabajar, pero Tigres tampoco está obligado a adaptarse a él, porque el agradecimiento no funciona así.

El fútbol según los pro Tuca, se ha convertido en algo muy parecido a un matrimonio sin amor ni ilusiones en común. Una relación que sigue viva por lo que algún día fueron, pero que ya no son… que ya no serán más.

Cuando todo está dicho, decir más, está de más.

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Texto: Jaime Garza 
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