Casi Normales en Monterrey

Casi Normales en Monterrey

Las enfermedades psicológicas son un tema que han cobrado mucha importancia en los últimos años, por lo que The Broadway League no se quedó atrás en la concientización con Casi Normales (Next to Normal), musical, que con la adaptación mexicana visitó Monterrey en una función especial de la mano de la cantante Susana Zabaleta, los actores Federico Di Lorenzo, Mariano Palacios, María Panella, Héctor Berzunza y Rodolfo Zarco.

Parecía que a tan solo 15 minutos antes de que se diera la primera llamada, que no se llenarían las localidades, sin embargo, 5 minutos antes de las 21:00 horas, una avalancha de público llegó a sus localidades logrando que la puesta en escena estuviera casa llena en el Auditorio Luis Elizondo.

La escenografía estaba compuesta de un gran rectángulo dividido en cuadrados que eran expuestos con juegos de luces e imágenes de la corteza cerebral interna, los cuales eran los espacios en los que se desarrollaba la historia simulando una casa con cuartos y un consultorio médico.

La tecnología utilizada para estos recursos era impresionante, las luces leds le daban un toque psicodélico y la primera imagen de la obra cautivó la mirada del público al escuchar la celestial voz de Susana Zabaleta, sentada ella en una escalera dentro de uno de los cuadros.

En un principio los diálogos no se alcanzaban a escuchar a la perfección, quizá por un problema de balance de audio entre la resonancia de los instrumentos y el micrófono vocal o el estilo de los actores, sin embargo la historia tomó forma fácilmente al complementar el dinamismos con groserías y chistes sarcásticos dignos de una familia disfuncional en la que la madre sufre de esquizofrenia al alucinar a su hijo fallecido, lo cual crea una serie de problemas entre su hija y esposo, quiénes tratan de curarla con tratamientos médicos.

Fue sin duda una obra que te hace sentir emociones intensas, al tratar el dolor de la pérdida de un hijo como una obsesión que impacta en el cosmos familiar y detona actitudes de frustración entre los miembros de este. Por su parte, en el primer acto se ve a una Susana Zabaleta algo pasiva en la exposición vocal, lo cual complementa el arco del personaje al llevar a un nivel superior su volumen y sentimiento en el segundo acto, cuando por fin todo parece color de rosas, pero se enfrenta a la realidad de que su enfermedad nunca la va a dejar vivir en paz por completo.

El villano termina siendo el miedo de cada uno de los personajes, tanto del padre que sufre al ver a su esposa en el colapso, como de igual manera de su hija quien siente ira y vergüenza al mostrar la triste realidad a su novio.

A pesar de la comedia ligera, no se perdió el respeto a la enfermedad por parte de los actores, sin embargo fue impactante el hecho de escuchar murmullos y risas burlonas entre la audiencia, lo que me hace ver la increíble ignorancia que rodean estas situaciones.

Asimismo, algo que hizo muy interesante a la puesta en escena fue la manera en que se rompía la cuarta pared y los asistentes se hacían parte de las confidencias de los personajes, hasta hacer sacar lágrimas melancólicas al presenciar la escena en que la madre baila simuladamente con el fantasma mental de su hijo.

Casi Normales es de los mejores musicales que han tocado escenario regio en el último par de años, ya que hace un homenaje a aquellas personas que tienen que vivir todos sus días con una voz en su cabeza o una ilusión que les quita el sueño, y cómo esto afecta en su relación con los otros, pero lo que queda dentro de la oscuridad es una luz de esperanza, como lo dijeron los personajes, quienes concluyeron la historia demostrando que nadie es normal, y que la vida sigue a pesar de todo dolor. Un musical como este, sin pelos en la lengua, que toca fibras sensibles en sus espectadores, es lo que se necesita más en la ciudad.

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