Hablar de Luis Quiñones es hablar de un futbolista con condiciones interesantes para cualquier equipo de la Liga MX.
El colombiano tiene mucha profundidad; los números lo colocan como uno de los mejores asistidores del campeonato mexicano en los últimos torneos.
Sin embargo, el aficionado de Tigres no termina por enamorarse de ‘Luisao’.
¿Argumentos para reprocharle?
Los hay.
Muchos no le perdonan todavía que no haya querido viajar con el equipo porque supuestamente había pedido un aumento de sueldo.
Otros (me incluyo), le pegamos con todo cuando faltó a un entrenamiento y hasta pedimos su salida, pensando que se había ausentado por un acto de indisciplina, cuando en realidad todo se trataba de un problema familiar.
Sí, el chico ha dado razones para pensar mal, pero…
¿Tan malo ha sido?
¿No les da la impresión de que lo medimos con una vara diferente?
No se valora lo que ha logrado, y mira que el muchacho ha ganado cosas importantes con Tigres.
Se hace especial énfasis en esas ocasiones que llega a línea final y ejecuta mal, pero nadie voltea a ver los pases para gol que sirvieron para que ‘Diente’ López y André-Pierre Gignac se consagraran como campeones de goleo en los últimos dos torneos.
La promesa que hizo Miguel Herrera de que Tigres anotaría un ‘chingo de goles’, se cumplió, en gran medida, gracias a las buenas actuaciones de Luis Quiñones, y no recuerdo muchas ocasiones en las cuales los aficionados auriazules hayan coreado su nombre en el estadio.
¿Por qué?
¿A quién le hizo tanto daño ‘Luisao’ para que los Tigres se ensañen tanto con él y en cambio le perdonen todo a otros, como Florian Thauvin, por ejemplo, que ha dado menos que el colombiano y se ha llevado más aplausos?
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Texto: Jaime Garza
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