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los niños asesinos de Liverpool

El 14 de febrero de 1993, encontraron el cuerpo de James Bulger: un niño de tan solo 2 años de edad. ¿Los homicidas? Robert Thompson y Jon Venables: los asesinos de Liverpool.

La historia que estoy por relatar es bastante inusual.

En primer lugar, porque los hechos ocurrieron en el Reino Unido. Lugar en el que uno podría llegar a pensar no suceden tragedias como estas.

En segundo, porque los protagonistas no son adultos retorcidos, tampoco son gente marginada por la sociedad ni mucho menos prófugos de la justicia.

Los asesinos fueron un par de niños, quienes secuestraron, torturaron y posteriormente mataron a un chico de tan solo 2 años de edad.

Esta es la historia de los niños asesinos de Liverpool…

Es un frío viernes de febrero. Día 12 del año 1993, para ser exacto.

Denis había ido al centro comercial con su hijo: el pequeño James Bulger.

Ya están por regresar a casa, cuando Denis se detiene en una carnicería que se encuentra ubicada dentro del propio centro comercial.

Mientras le indica al carnicero cuál es el corte que va a querer, ella suelta a su hijo.

La distracción de Denis es de escasos tres minutos.

Tiempo suficiente para que su hijo sea raptado y posteriormente asesinado.

Tres niños caminan tomados de la mano

Poco menos de media hora después, la policía llega al centro comercial y ordena que les muestren lo grabado en las cámaras de vigilancia.

En dichos videos se ve al pequeño James Bulger salir del centro comercial, tomado de la mano de otros dos chicos mayores que James, sí, pero no mucho mayores.

Pronto se sabrá que los niños se llaman Robert Thompson y Jon Venables, y que ambos tienen 10 años de edad.

La paz es ciega

El hecho de ver a James de la mano de otros dos niños, le da cierta tranquilidad a Denis.

Piensa que todo se trata de un juego infantil.

Que en cuestión de minutos abrazará con fuerza a su hijo y que todo volverá a la normalidad.

Sin embargo, es oportuno recordar que la paz es ciega.

Que muchas veces las cosas no son como quisiéramos que fueran.

Un niño muerto en las vías de una estación abandonada

El 14 de febrero de 1993, tras dos días de búsqueda incesante, encuentran el cuerpo sin vida de James Bulger, sobre las vías de una estación abandonada.

El video visto por las autoridades y mostrado al público para dar con el paradero del chico, en el que se veía a James salir del centro comercial de la mano de otros dos niños, toma vital importancia cuando una mujer llama a la estación de la policía y dice que conoce a esos chicos.

Es la maestra de ellos y los describe como niños problemáticos. Agregando que justo el viernes 12 de febrero faltaron a clases.

Cuando las autoridades van a la casa de Robert Thompson y Jon Venables, encuentran ropa manchada de sangre y pintura.

Ellos lo mataron…

4km de terror

Robert y Jon sacaron a James del centro comercial sin ejercer violencia. Pero una vez afuera, comenzaron a torturarlo.

Durante 4 largos kilómetros, James Bulger sufrió todo tipo de maltratos.

Golpes, patadas… prácticamente lo arrastraron por el pavimento mientras el niño lloraba e imploraba que lo ayudaran.

Gritaba el nombre de su madre.

Sobre todo eso: gritaba el nombre de una madre que, a kilómetros de distancia, también gritaba el nombre de su hijo, esperando encontrarlo con vida.

Niños jugando

Si bien los agresores cubrieron los golpes propinados a James Bulger, utilizando la propia campera del niño, lo cierto es que muchos vieron a Robert y a Jon golpearlo por la calle, y no hicieron nada para ayudarlo, pues pensaban que solo eran niños jugando.

Los golpes finales, ya en la estación abandonada, fueron propinados con ladrillos y piedras. Le arrojaron pintura azul en los ojos, le patearon el rostro y se le lanzaron encima, rompiéndole manos y costillas.

Le introdujeron pilas en la boca, y, sobre su cabeza, dejaron caer una barra de hierro de aproximadamente diez kilos, provocándole diez fracturas más y acabando así con su vida.

Colocaron a James sobre las vías y le taparon la cara con escombros.

El tren pasó y lo partió a la mitad, acabando así con el martirio de un niño que fue asesinado antes de que empezara a vivir.

Una condena que no parece suficiente

A Robert Thompson y Jon Venables supuestamente se les juzgó como adultos, y fueron condenados a prisión el 24 de noviembre de 1993. 

Sin embargo, salieron en libertad ocho años después, cuando ambos tenían todavía un mundo por delante.. una vida por disfrutar.

Se supo que uno de ellos cayó nuevamente preso por pedofilia, mientras que el otro convirtió su vida en un enigma.

Este caso reveló que los monstruos no tienen edad.

Que la maldad muchas veces va más allá de lo que podemos, y probablemente quisiéramos imaginar. 

Nos vemos en el siguiente crimen.

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Texto: Jaime Garza 
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