Las amistades

¿Las amistades también caducan?

Ayer mi mamá me dijo: “No seas orgullosa, ya vuélvele a hablar a tal persona” y entonces le respondí: “Es que hay una cosa que no has entendido, yo no estoy enojada con ella, yo ya terminé con ella”.

Se dice que no existe tal cosa como “ya no es mi amigo” que la amistad como el amor, si se pierde entonces no era real. Pero entonces en el terreno de las amistades, ¿cómo sabes cuándo es cuestión de perdón y cuando tienes que dejar ir?

A lo largo de mi vida he tenido algunas rupturas amistosas que me han hecho un poco más objetiva en este sentimiento y es que yo sé que la gente no es perfecta e incluso ninguna relación lo es, que tiene altibajos y se cometen errores pero cuando rompen el valor más importante para mí que es la lealtad ya no hay marcha atrás.

Hay mucha gente que no conoce bien el significado de lealtad o se confunde con fidelidad y aquí breve te explico: la fidelidad es el compromiso de afectos, ideas, promesas y obligaciones con otro ser, solamente para con ellos. En resumidas cuentas, la fidelidad se cumple porque hay un compromiso. La lealtad, poniéndonos un poco religiosos, la biblia dice: “alguien leal es alguien que no te da la espalda, ni te traiciona ni con actitudes, ni en pensamientos” traducido a términos de amistad: “así pelees con una persona, no usaremos sus debilidades o secretos para perjudicarla”

Entonces de vuelta a la pregunta que nos puede llegar a atormentar: ¿Cómo sabes cuándo es cuestión de perdón y cuando es mejor decir adiós? Si te sientes herida o traicionada aquí hay dos caminos:

1.- Enojo: no te apresures a sacar conclusiones, puede que sea un mal entendido, un enojo del momento y hablando y exponiendo los puntos de vista de ambas partes se puede solucionar.

Y luego existe otro:

2.- La decepción: y ahí ya nada vuelve a ser lo que era.

Es posible que cuando estamos pasando por esa etapa de ruptura no logremos entender porqué es que nos pasan estas cosas cuando tenemos, 3, 5, 10, 15 años de relación de amistad con alguien, ¿Qué está pasando ahora que no me siento a gusto o tranquilo aquí con él o ella? ¿Por qué aquí donde tantas veces reí, lloré, conté mis secretos, mis miedos, mis sueños ahora ya me siento incomoda con la sola presencia? A veces nos surgen esas preguntas y nos da miedo la respuesta.

No hay juez más imparcial que tu corazón, tú no necesitas preguntar a una tercera persona si debes alejarte de tu amigo o no porque tú lo vas a saber, porque lo sentirás en tú corazón cuando valdrá la pena intentar arreglar las cosas y cuando definitivamente te quieres retirar de ahí.

Conforme vamos creciendo vamos perdiendo en el camino a personas que en algún momento de nuestra infancia y adolescencia les llamamos amigos, así poco a poco hasta que de esa extensa lista que teníamos de todos (as) con los que te juntabas en la escuela, ibas a fiestas y antros se va reduciendo tan solo a 1, 2 o si tienes suerte 3 personas que continúan en tu vida en tu edad adulta. Algunos se van poquito a poco con el destino, cambiándose de casa, de escuela o cuando se concluye una etapa de la vida, y otros tardan en irse un poquito más, se van con errores o con traiciones; ya sea porque nos cansamos de perdonar una y otra vez las actitudes de las personas, o porque simple y sencillamente nosotros jamás hubiéramos hecho contra ellos eso que ellos hicieron que nos dolió, o simplemente porque nuestros intereses de vida ya no son compatibles, entonces me pregunto: ¿Las amistades también caducan?

Lo bueno de todo esto es que como dicen: Las amistades son la familia que uno elige, y nosotros tenemos el poder de ya no permitirles estar más cerca de nosotros. Es importante dejar marchar en el momento adecuado, en el mismo instante en el que sabes que ya no hay garantías de mejora y que no pueden seguir aportándose nada bueno. Ese será el momento.

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Ojo: es importante no confundir con perdonar. En caso de que tu decisión sea romper cualquier vínculo que puedas tener con tu ex-amigo, no hace falta ser malvado, simplemente alejarte prudentemente y en buenos términos no odiando, no vengándote, simple y sencillamente como una etapa de tu vida que ya concluyó.

No queda más que agradecer los buenos momentos y seguir adelante sin mirar atrás.

No tengas miedo de perder a una persona que ya no te aporta nada beneficioso a tu vida. Suelta todas aquellas relaciones que ya no te hacen bien.

La vida evoluciona y está bien.

Recuerda, no hay que idealizar una relación de amistad como Serena y Blair a la “te cobro la que me hiciste y la mía va peor”. Esa no es amistad, el celo, la envidia, la traición, no caben dentro del concepto de amistad. Opuesto a esto, ojalá que encuentres unas amigas como las chicas de Sex and the City, mujeres maduras que a pesar de ser polos opuestos, se respetan, se quieren, se apoyan, se escuchan y no se juzgan; y si por el contrario no logras encontrar a tu alma gemela de amistades, también está bien, no te sientas triste, al final de cuentas tarde o temprano son tocará caminar solos en esta maravilla llamada vida.

Conforme pase el tiempo te darás cuenta que tomaste la decisión correcta, te sentirás tranquila y en paz y recuerda que si pasado un tiempo esa persona que sacaste de tu vida quiere volver a ella: No eres preparatoria abierta, no aceptes re-ingresos.

¿Y tú? ¿Has tenido una ruptura amistosa?

Nos leemos pronto.

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Con amor: July
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