Cuando Humberto Suazo fichó con los Rayados del Monterrey, daba la impresión de que el regio no era consciente de lo que la directiva albiazul acababa de hacer. 

Lo de Suazo rebasó cualquier frontera. Hablamos de un goleador de talla mundial; entre cuyos palmarés destacaba el haber sido el máximo anotador del planeta en 2006. 

Educó futbolisticamente hablando a jugadores como Arturo Vidal, Alexis Sánchez o Matías Fernández, y si no acabó por consolidarse en un club grande de Europa, fue porque él no quiso. Porque en los botines había argumentos suficientes para competirle a cualquiera.

En Rayados debutó con paso gris, pero pronto se volvió referente. Levantó dos Ligas y tres Concachampions. Es el máximo goleador en la historia del club y hasta hace poco tiempo fue también el máximo anotador en la historia del fútbol regio.

Pero llegó Gignac, y la cosa cambió por completo…

Hablar de Gignac es hablar de un cambio de ciento ochenta grados en la historia del balompié neoleones. Hay un antes y un después, no solo para Tigres y Rayados, sino para todo el fútbol mexicano. 

Hasta antes del francés, Tigres era un equipo con tres Ligas y tres Copas. Un club que tardó casi treinta años en conseguir su tercera estrella, y que si bien llegó a ese 2015 con un montón de ilusiones en el bolsillo, nadie imaginó lo que estaba por suceder.

Cuatro títulos de Liga (incluyendo una final ganada a Rayados en su propio estadio), tres campeón de campeones, un título de CONCACAF y un subcampeonato mundial. 

Gignac es el máximo goleador en la historia del club, y también lo es en la historia de Nuevo León. Se echó al equipo al hombro desde el primer momento. Tomó como suyas revanchas ajenas y cambió por completo las cosas en la Sultana del Norte. Porque ahora Tigres es el más ganador y Rayados el que debe buscar entre sus memorias algo para ganar los debates. Pero no ganan uno. Porque Tigres ha llegado más lejos en todo, y eso, en gran medida, se lo deben a su delantero.

Gignac ha superado en todo a Humberto Suazo; lo digo sin temor a equivocarme. Porque si bien la estadística puede darle ciertos triunfos al chileno, lo que el francés le ha dado a Tigres, sencillamente deja en el piso lo que Humberto hizo para el Monterrey. 

Con base en goles y extraordinarias actuaciones, Gignac llevó a otro plano el perfil tigre. Atrajo a nuevos aficionados; todos lo quieren en su equipo. Tomó a Tigres siendo un equipo de buen presente (poca historia), y hoy los nicolaitas son ya los más ganadores de la década. El grande que nadie quiere ver grande.

Se acabó la discusión: Gignac ha superado en todo a Humberto Suazo… o al menos en éste todo llamado Nuevo León.

Cuando todo está dicho, decir más, está de más.

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Texto: Jaime Garza 
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